ÁNDEME YO CALIENTE Y RÍASE LA
GENTE
Traten otros del
gobierno
del mundo y sus
monarquías,
mientras gobiernan
mis días
mantequillas y pan
tierno;
y las mañanas de
invierno
naranjada y
aguardiente,
y ríase la gente.
Coma en dorada
vajilla
el Príncipe mil
cuidados
como píldoras dorados,
que yo en mi pobre
mesilla
quiero más de una
morcilla
que en el asador
reviente,
y ríase la gente.
Cuando cubra las
montañas
de blanca nieve el
enero,
tenga yo lleno
brasero
de bellotas y
castañas,
y quien las dulces
patrañas
del Rey que rabió me
cuente,
y ríase la gente.
Busque muy en buena
hora
el mercader nuevos
soles;
yo conchas y
caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a Filomena
sobre el chopo de la
fuente,
y ríase la gente.
Pase a media noche el
mar
y arda en amorosa
llama
Leandro por ver su
dama;
que yo más quiero
pasar
del golfo de mi lagar
la blanca o roja
corriente,
y ríase la gente.
Pues Amor es tan
cruel
que de Piramo y su
amada
hace tálamo una
espada,
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un
pastel
y la espada sea mi
diente,
y ríase la gente.
Luis de Góngora
11 de julio de 1561
Córdoba
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