FURIAS PARA DANZAR
Voy a cantar mi furia iluminada,
desembarazarme de ella
para poderte amar
sin que cada beso
sea mi cuerpo extendido y desnudo
sobre la piedra ritual.
Yo he amado hombres hermosos,
violentos, dulces, tristes y
joviales.
En todos he buscado la luna,
los flujos y reflujos, la marea.
Yo he sido un volcán desparpajado
arrojando lava
y una gaviota volando a ras del
agua.
Una paloma alimentando sus
pichones,
una leona recorriendo majestuosa
las selvas.
He ansiado inviernos tormentosos
y los veranos secos en que la piel
se parte
con la tierra.
He caminado a lo largo y lo ancho
volado máquinas de todas las
especies.
He conocido muertes
y las he amado cubiertas de musgo
y lágrimas.
Más heme aquí levantando arenas en
castillos de agua.
Heme aquí danzando alocadamente
espejos sin imágenes.
Árbol que se sacude enfurecido las
flores
para quedarse desnudo y solo en el
atardecer.
Esgrimo bandadas de aves
migratorias
que buscan perseguirse en el
espacio.
Doblo las ramas del mundo
enardecido
y te doy a beber sudor de
multitudes.
Te desdeño y acaricio los rizos
negros
de la cabellera.
Callo o me lanzo a decir
encendidos discursos.
Uso hechizos de mujer o fríos
razonamientos de sabios.
Agoto municiones en un combate de
enemigos invisibles.
Algún día saldrás del laberinto.
Caminarás por jardines pacíficos
atado de recuerdos.
Yo rabiaré las noches y el tesoro
de mis alondras submarinas
estará sumergido en el valle donde
nace el huracán.
Ahora salgo descalza piel
a recorrer avenidas
en la desenfrenada carrera de los
venados.
Ya se sosegará mi corazón
tejedor de suerte y telarañas.
Ya me sacudirán terremotos
para crear tenues ciudades
paisajes delineados en la espuma.
Algún día moriré de morirme.
Te dejaré tatuado de ruiseñores.
Creceré enredaderas en torno
a tus noches lejanas.
Las espirales de este tiempo que
se esfuma
te traerán en el olor de las
azaleas
esta mujer que cantó
contra Penélopes
para un sordo Ulises navegante.
Gioconda Belli