jueves, 15 de abril de 2021

ESTARÁS EN EL RECUERDO


ESTARÁS EN EL RECUERDO

 

A Sergio Lidid Céspedes

 

Estarás en el recuerdo

cada vez que alguien piense en don Alonso

como el enamorado eterno de su propia Dulcinea,

cada vez que alguien suba al tren

que  lleva el recorrido cervantino suscitando la sonrisa

al elevar la palabra en forma de lanza

a los poderosos

en forma de molino

buscando ecuanimidad entre correligionarios

de diferentes mesetas.

Estarás en el recuerdo

al pronunciar esos versos lanzados al espacio

rescatando una pequeña alegría a la mansedumbre

en sus monótonas horas

mediando entre la necedad y la cordura

sin saber si el próximo amanecer el pan llegará a la mesa.

Estarás en el recuerdo entre versos alocados y tarimas de coliseo entremezclando albores de la estepa

y desvelos al silbo de araucaria

extendiendo haces de otro hemisferio

en el fondo del océano al brindar por incertidumbres

al desconsuelo de los aplastados en el fango

o los osados a romper la barrera del tirano.

Algunos te recordaremos disfrazado

engalanando la sencillez de un pueblo a la deriva

buscando la ternura en la sublimación de esa mirada

trayendo la serenidad de una sabiduría

albergada en el correr del tiempo

entre la adversidad de lejanos continentes.

Recordaremos los versos alocados de Margarita

y la solemnidad del poeta al otro lado del océano,

la placidez de tus palabras

en una tarde de abril dilucidando futuros

sobre urnas de cristal avecinando sombras,

el aplauso reconocido

de tertulias en las calles las tardes de verano,

el saber incógnito de una armadura

evocando el adalid caballero

encarnando el eterno enamorado de la belleza,

desprendiendo la sonrisa perdida entre avatares humildes,

sosegando el tiempo en la serenidad de tu voz.

 

Gloria Gómez

Abril 2021

domingo, 11 de abril de 2021

¡QUÉ PENA!



¡QUÉ PENA!

¿Qué pena si este camino fuera de muchísimas leguas
y siempre se repitieran
los mismos pueblos, las mismas ventas,
los mismos rebaños, las mismas recuas!

¡Qué pena si esta vida nuestra tuviera
-esta vida nuestra-
mil años de existencia!
¿Quién la haría hasta el fin llevadera?
¿Quién la soportaría toda sin protesta?
¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la cierra
al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha?
Los mismos hombres, las mismas guerras,
los mismos tiranos, las mismas cadenas,
los mismos farsantes, las mismas sectas
¡y los mismos, los mismos poetas!

¿Qué pena,
que sea así todo siempre, siempre de la misma manera!

 

León Felipe

jueves, 8 de abril de 2021

AMOR AMOR

Recordando a Gabriela Mistral en su aniversario



 AMOR AMOR

 

Anda libre en el surco, bate el ala en el viento,

late vivo en el sol y se prende al pinar.

No te vale olvidarlo como al mal pensamiento:

¡le tendrás que escuchar!

 

Habla lengua de bronce y habla lengua de ave,

ruegos tímidos, imperativos de mar.

No te vale ponerle gesto audaz, ceño grave:

¡lo tendrás que hospedar!

 

Gasta trazas de dueño; no le ablandan excusas.

Rasga vasos de flor, hiende el hondo glaciar.

No te vale decirle que albergado rehúsas:

¡lo tendrás que hospedar!

 

Tiene argucias sutiles en la réplica fina,

argumentos da sabio, pero en voz de mujer.

Ciencia humana te salva, menos ciencia divina:

¡le tendrás que creer!

 

Te echa venda de lino; tú la venda toleras.

Te ofrece el brazo cálido, no le sabes huir.

Echa a andar, tú le sigues hechizada aunque vieras

¡que eso para en morir!

 

Gabriela Mistral

 

jueves, 1 de abril de 2021

UN AÑO SIN TUS ABRAZOS

 

UN AÑO SIN TUS ABRAZOS

 

Vuelve el verdor a los valles, como hace un año,

y parece que fue esta mañana, la última despedida,

el almendro vuelve a dar su fruto,

igual que hace un año en medio del holocausto,

tus besos se fueron tras la ventana,

aún sin regreso

como si fuera ayer,

como si solo hubieran pasado unas horas.

 

El agua del río fluye, como si nada,

acaricia otras flores,

la corriente adormece la noche como ayer

cuando adormecía entre tus brazos el tiempo que se fue.

 

La sombra sigue cubriendo las almas

y no parece que hayan pasado largas horas,

se fueron algunas sonrisas

diluidas en el viento alejando el eco de la sutil entraña,

los adioses se disiparon tras el manto del temor,

y el reloj sigue marcando los minutos

como cada noche sin tu aroma.

 

Todo parece igual,

mas el vecino ya no baja la escalera,

el abuelo no parte el pan,

el compañero se llevó la última sonrisa,

la madre ya no acuna su regazo,

el amigo no acoge en la desdicha,

el aula sin maestro,

el cartero desaparece en el camino,

el compadre no baila con la novia,

y todo parece que no pasó.

 

Bailábamos todos, reíamos todos,

las pieles se tocaban sin resquemor,

sin apreciar el valor, el peso de la vida cayó

como un rayo magnicida sobre la frente,

la tierra tembló y no por un terremoto,

aún acoge réplicas,

aún seguimos añorando el ayer,

aún arrastramos lodo en la mirada,

resquebrajamos la dignidad del entorno,

y las pequeñas cosas que alientan nuestra espalda.

 

Seguimos sin apreciar la suma del encuentro,

como ayer,

seguimos clavando espinas en el extraño,

como ayer vacilábamos entre extender la mano al náufrago

o soltar amarras al doblar la esquina.

 

Al principio el temor aunaba entre contrarios,

las palmas se extendían haciendo estruendo,

la luz parecía abrir armonías tras la puerta,

el deseo imponía el reparto de cordialidad

a encontrarse de nuevo estrechando distancias,

la esperanza cubría la desnudez,

mas el ímpetu se volatiliza al paso de las estaciones

y al igual que ayer el árbol vuelve a dar fruto,

las aguas siguen su curso,

el monte otea los valles,

los campos humedecen la sombra,

y el valor a la libertad vuelve a enturbiar los caminos.

 

Tus abrazos aún sin regreso,

siguen velados tras la máscara marcando el límite,

como si hubieran pasado lustros,

a veces segundos,

a veces un abismo y otras sin medida

como estaban ayer, tras otra máscara

marcando otros límites.

 

Gloria Gómez Candanedo

Cuadro: La siesta de Picasso por Carlos Fernández