BALADA A
LOS TREINTA Y CINCO
Esta, no es la canción de una ingenua.
Esta, no es una balada de inocencia.
Esta, es la rima de una dama que
siguió sus instintos naturales.
Esta, es un solo de sapiencia
Esta, es una cantata de sofistería.
Esta, es la suma de experimentos.
Adornada con prendas oscuras,
maquillada con cenizas de la cuaresma,
llevando un ramo nupcial de ruda,
camino siempre en penitencia.
Suelo vagar, mientras mi corazón se arrepiente,
a través de la vasta memoria de Dios,
tallando piedras, en mi honor:
“los amé hasta que me amaron”.
Imágenes en retrospectiva veo pasar,
columnas de eventos muertos que desfilan.
Fui tierna y, a menudo, sincera;
por siempre víctima de la coincidencia.
Y siempre supe la consecuencia:
siempre vi cómo sería el final.
Somos como la Naturaleza nos hizo, y así
los amé hasta que me amaron.
Dorothy Parker
22 de agosto de 1893
Long Branco – New Jersey
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