martes, 4 de febrero de 2025

EXPOSICIÓN DE PINTURA DE Carlos Fernández del Ganso


              Exposición de Pintura en la Sala de Exposiciones 
"Quinta de Cervantes" de Alcalá de Henares
Autor: Carlos Fernández del Ganso
Del 7 al 23 de febrero de 2025

 

MIENTRAS DESCIENDE EL SOL

 


MIENTRAS DESCIENDE EL SOL

 

Mientras desciende el sol, lento como la muerte,

observas a menudo esa calle donde está la escalera

que conduce a la puerta de tu guarida. Dentro

se encuentra un hombre pálido, cumplida ya, remota

la mitad de su edad; fuma y se asoma

hacia la calle desviada; sonríe solitario

a este lado de la ventana, la famosa frontera.

 

Tú eres ese hombre; una hora larga llevas

viendo tus propios movimientos

pensando desde fuera, con piedad,

las ideas que en el papel pacientemente depositas;

escribiendo, como fin de una estrofa,

que es muy penoso ser, así, dos veces,

el pensarse pensando,

la vorágine sinuosa de mirar la mirada,

como un juego de niños que tortura, paraliza, envejece.

 

La tarde, casi enferma de tan lejana,

se sumerge en la noche

como un cuerpo harto ya de fatiga, en el mar, dulcemente.

Cruzan aves aisladas el espacio de color indeciso

y, allá al final, algunos caminantes pausados

se dejan agostar por la distancia; entonces

el paisaje parece un tapiz misterioso y sombrío.

 

Y comprendes, despacio, sin angustia,

que esta tarde no tienes realidad, pues a veces

la vida se coagula y se interrumpe, y nada entonces

puedes hacer contra ello, más que sufrir un sufrimiento,

desorientado y perezoso, una manera de dolor marchito,

y recordar, prolijamente,

algunos muertos que fueron desdichados.  

 

Félix Grande

4 de febrero de 1937

Mérida (Badajoz)



domingo, 2 de febrero de 2025

TODO SE IBA...



TODO SE IBA…

 

Había mujeres débiles,

y además mujeres fáciles

y mujeres fatales

que lloraban gritaban sollozaban

delante de hombres de paja

que ardían.

Niños extraviados corrían por calles en ruinas

muy pálidos al saber que nunca más volverían a encontrarse.

Y jefes de familia

que ya no distinguían el suelo del techo

revoloteaban de un piso al otro

en una lluvia de felpudos de lámparas de cucharillas y de plumones.

Todo se iba

La ciudad se desmoronaba

bullía

se desmenuzaba

y giraba sobre sí misma

sin que pareciera moverse.

Unos cerdos negros cegados

en la súbita oscuridad

de una pocilga moderna en desuso

galopaban.

La ciudad se iba

sudando sangre y agua

envases de gas reventados.

Los que sólo soñaron en heridas y golpes

se despertaban

decapitados

habiendo perdido peines y cepillos

y otras cositas mundanas.

Una boda muy negra muerta de pie

desde el padrino hasta los novios

conservaban un equilibrio de ceniza petrificada

frente a un fotógrafo

torrado aterrado.

Ruinas recientes totalmente nuevas

homenaje de guerra

juegos de rompecabezas

ganancias y pérdidas

leña y carbón.

En lo que quedaba de una casa de obreros

una tortilla abandonada

colgaba como ropa vieja

sobre un ventanal roto

y en las migajas de un viejo lecho calcinado mezcladas con

             el serrín gris de un armario volatilizado

la carne humana se incorporaba al asado de carne comestible.

 

En  las bambalinas del progreso

hombres íntegros proseguían integralmente la desintegración

            progresiva de la materia viva

desamparada.   

 

Jacques Prevert

4 de febrero de 1900


MUDO QUE ROMPE A HABLAR

 


MUDO QUE ROMPE A HABLAR

 

He querido expresarme.

Toda mi vida he querido expresarme.

No tengo otro destino, otro afán, otra ley.

 

Fui actos sucesivos

y el olvido que destilaban

los corroía a ellos y a mí.

 

Sobre los actos fui palabras

y ellas buscaban una lumbre

que no me calentaba a mí.

 

Palabras y actos juntos

nada son sin placer del cuerpo.

 

Ahora regreso de esa vida umbría

buscando siempre calor de mujer.

Palabras y actos sólo allí me expresan.

 

Tu piel junto a mi piel, eso es lenguaje.

 

Todo cuanto pretenda enmudecerlo

maldito sea.

 

 

Félix Grande

4 de febrero de 1937

Mérida (Badajoz)

viernes, 31 de enero de 2025

COMO SI NUNCA HUBIERA SIDO MÍA...



COMO SI NUNCA HUBIERA SIDO MÍA…

 

Como si nunca hubiera sido mía,

dad al aire mi voz y que en el aire

sea de todos y la sepan todos

igual que una mañana o una tarde.

Ni a la rama tan sólo abril acude

ni el agua espera sólo el estiaje.

¿Quién podrá decir que es suyo el viento,

suya la luz, el canto de las aves

en el que esplende la estación, más cuando

llega la noche y en los chopos arde

tan peligrosamente retenida?

¡Que todo acabe aquí, que todo acabe

de una vez para siempre! La flor vive

tan bella porque vive poco tiempo

y, sin embargo, cómo se da, unánime,

dejando de ser flor y convirtiéndose

en ímpetu de entrega. Invierno, aunque

no esté detrás la primavera, saca

fuera de mí lo mío y hazme parte,

inútil polen que se pierde en tierra

pero ha sido de todos y de nadie.

Sobre el abierto páramo, el relente

es pinar en el pino, aire en el aire,

relente sólo para mí sequía.

Sobre la voz que va excavando un cauce

qué sacrilegio éste del cuerpo, éste

de no poder ser hostia para darse.

 

Claudio Rodríguez

30 de enero 1934

Zamora

 


jueves, 30 de enero de 2025

AL FUEGO DEL HOGAR

 

 


AL FUEGO DEL HOGAR

 

Aún no pongáis las manos junto al fuego.

Refresca ya, y las mías

están solas; que se me queden frías.

Entonces que rescoldo, qué alto leño,

cuánto humo subirá, como si el sueño,

toda la vida se prendiera. ¡Rama

que no dura, sarmiento que un instante

es un pajar y se consume, nunca,

nunca arderá bastante

la lumbre, aunque se haga con estrellas!

Este al menos es fuego

de cepa y me calienta todo el días.

 

Manos queridas, manos que ahora llego

casi a tocar, aquella, la más mía,

¡pensar que es pronto y el hogar crepita,

y está ya al rojo vivo,

y es fragua eterna, y funde, y resucita

aquel tizón, aquel del que recibo

todo el calor ahora,

el de la infancia! Igual que el aire en torno

de la llama también es llama, en torno

de aquellas ascuas humo fui. La hora

del refranero blanco, de la vieja

cuenta, del gran jornal siempre seguro.

¡Decidme que no es tarde! Afuera deja

su ventisca el invierno y está oscuro.

Hoy o ya nunca más. Lo sé. Creía

poder estar aún con vosotros, pero

vedme, frías las manos todavía

esa noche de enero

junto al hogar de siempre. Cuánto humo

sube. Cuánto calor habré perdido.

Dejadme ver en lo que se convierte,

olerlo al menos, ver dónde ha llegado

antes de que despierte,

antes de que el hogar esté apagado.

 

Claudio Rodríguez

30 de enero 1934

Zamora

 

 

INDOLENCIA

 



INDOLENCIA

 

¡No me digáis que sigo siendo

una pobre mujer

equivocada!

Lo sé,

y sé más cosas todavía.

Sé que he soñado tanto

que convertí en inútiles

las más puras verdades;

sé que inventé yo misma

los más altos obstáculos;

sé que la vida era otra cosa,

¡y entonces ya lo sabía!

Pero una nace a veces así, torpe

y desmesuradamente triste,

y todo cuanto

toca se le va convirtiendo en cenizas.

Porque yo tuve dieciséis años

y aspiré a ser como un dios en la tierra.  

Aspiré a dignificar a los hombres,

a enorgullecerme de mí misma.

Pero, ¡ya pasó!

Todo cuanto vosotros podáis echarme en cara,

hace mucho que yo me lo vengo repitiendo.

Extranjera en el mundo,

he contemplado la dicha de los otros

con una desesperada indiferencia.

Pero ya nada importa nada.

Aquí sigo en mi puesto,

con mi adolescente actitud de ávido hastío,

con mi lamentable corazón de muchacha

apasionadamente muerto.

¿Qué más da sentirse desdichada

si apenas queda tiempo de llorarse?

Es tarde para rectificar toda una vida

y, además,

ya lo sabéis,

soy indolente…

 

Susana March

29 de enero de 1918

Barcelona

miércoles, 29 de enero de 2025

SI MI AMOR ES TAN CAUTO QUE, A BUSCARTE...

 


SI MI AMOR ES TAN CAUTO QUE, A BUSCARTE…

 

Si mi amor es tan cauto que, a buscarte, prefiere

aguardar en la sombra tu primera llamada,

si mi tímido anhelo sabe apenas decirte

con torpe lengua el verso que me dicta la sangre.

 

Si no sé darle nombre a esta hoguera en que vivo,

ni logro desprenderme de mis cansados credos,

y ahuyento entristecida los rápidos corceles

que habrían de llevarme a tu sueño, a tus labios…

 

Si soy así, tan pobre, con mi cuerpo encendido,

encarcelado al vago fantasma de mi miedo,

el alma hecha jirones, batiendo sobre ella,

los pecados del mundo, tercamente, uno a uno…

 

Ven tú que desafías leyes, prejuicios, miedos;

tú, que llevas la vida sobre los hombros, ancha,

tú que arrasas montañas, que desnucas el mundo

con tu fuerza de macho sin fronteras ni angustias.

 

Lo mismo que las otras, yo te estoy esperando.

Sellada está mi boca; sellada mi ternura.

-¡Oh Dios, cómo rebosa este fuego, esta llama!-

Rompe tú todo sello, desgarra, libra, entra.

 

Susana March

29 de enero de 1918

Barcelona

 

LA NARANJA

 


LA NARANJA

 

¡Qué gozo da, naranja,

tenerte entre las manos!

¡Qué gozo tu volumen

que sideral, alcanzo,

como quien de la noche

llega a coger un astro!

 

Si constelas

el árbol

sobre la mesa pones

los resplandores áureos

que apartan la tiniebla,

el duelo y el quebranto.

Naranja, mundo en ciernes,

dulce globo terráqueo,

dicha redonda

al tacto.

Te miro, con delicia;

con arrobo, te palpo;

más que fruta, eres hembra

cuando apuro tus gajos.

En el balcón tu cáscara

es un rizo dorado,

tirabuzón de bella,

chorro de luz,

escándalo.

Gloriada sea la tierra

que te encendió en su parto

para que perfumases

la vida, el ser, el ámbito.

 

Antonio Oliver

29 de enero de 1903

Cartagena (Murcia)

 

MINA

 


MINA

 

Por la oscura galería

van los mineros cantando,

esperando

llegar a la luz del día.

 

El cantar va resonando

en las otras galerías.

Y el monte se va preñando

de esperanzas y armonías.

 

Ya callaron los barrenos,

ya cesó la voz del mando.

 

Caminar del nuevo día,

van cantando

por la oscura galería.

 

Antonio Oliver

29 de enero de 1903

Cartagena (Murcia)