poesia del pueblo
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martes, 4 de febrero de 2025
EXPOSICIÓN DE PINTURA DE Carlos Fernández del Ganso
MIENTRAS DESCIENDE EL SOL
MIENTRAS DESCIENDE EL SOL
Mientras desciende el
sol, lento como la muerte,
observas a menudo esa
calle donde está la escalera
que conduce a la
puerta de tu guarida. Dentro
se encuentra un
hombre pálido, cumplida ya, remota
la mitad de su edad;
fuma y se asoma
hacia la calle
desviada; sonríe solitario
a este lado de la
ventana, la famosa frontera.
Tú eres ese hombre;
una hora larga llevas
viendo tus propios
movimientos
pensando desde fuera,
con piedad,
las ideas que en el
papel pacientemente depositas;
escribiendo, como fin
de una estrofa,
que es muy penoso
ser, así, dos veces,
el pensarse pensando,
la vorágine sinuosa
de mirar la mirada,
como un juego de
niños que tortura, paraliza, envejece.
La tarde, casi
enferma de tan lejana,
se sumerge en la
noche
como un cuerpo harto
ya de fatiga, en el mar, dulcemente.
Cruzan aves aisladas
el espacio de color indeciso
y, allá al final, algunos
caminantes pausados
se dejan agostar por
la distancia; entonces
el paisaje parece un
tapiz misterioso y sombrío.
Y comprendes,
despacio, sin angustia,
que esta tarde no
tienes realidad, pues a veces
la vida se coagula y
se interrumpe, y nada entonces
puedes hacer contra
ello, más que sufrir un sufrimiento,
desorientado y
perezoso, una manera de dolor marchito,
y recordar,
prolijamente,
algunos muertos que
fueron desdichados.
Félix Grande
4 de febrero de 1937
Mérida (Badajoz)
domingo, 2 de febrero de 2025
TODO SE IBA...
TODO SE IBA…
Había mujeres débiles,
y además mujeres fáciles
y mujeres fatales
que lloraban gritaban sollozaban
delante de hombres de paja
que ardían.
Niños extraviados corrían por calles en ruinas
muy pálidos al saber que nunca más volverían a encontrarse.
Y jefes de familia
que ya no distinguían el suelo del techo
revoloteaban de un piso al otro
en una lluvia de felpudos de lámparas de cucharillas y de
plumones.
Todo se iba
La ciudad se desmoronaba
bullía
se desmenuzaba
y giraba sobre sí misma
sin que pareciera moverse.
Unos cerdos negros cegados
en la súbita oscuridad
de una pocilga moderna en desuso
galopaban.
La ciudad se iba
sudando sangre y agua
envases de gas reventados.
Los que sólo soñaron en heridas y golpes
se despertaban
decapitados
habiendo perdido peines y cepillos
y otras cositas mundanas.
Una boda muy negra muerta de pie
desde el padrino hasta los novios
conservaban un equilibrio de ceniza petrificada
frente a un fotógrafo
torrado aterrado.
Ruinas recientes totalmente nuevas
homenaje de guerra
juegos de rompecabezas
ganancias y pérdidas
leña y carbón.
En lo que quedaba de una casa de obreros
una tortilla abandonada
colgaba como ropa vieja
sobre un ventanal roto
y en las migajas de un viejo lecho calcinado mezcladas con
el serrín
gris de un armario volatilizado
la carne humana se incorporaba al asado de carne comestible.
En las bambalinas del
progreso
hombres íntegros proseguían integralmente la desintegración
progresiva de
la materia viva
desamparada.
Jacques Prevert
4 de febrero de 1900
MUDO QUE ROMPE A HABLAR
MUDO QUE ROMPE A HABLAR
He querido
expresarme.
Toda mi vida he
querido expresarme.
No tengo otro
destino, otro afán, otra ley.
Fui actos sucesivos
y el olvido que
destilaban
los corroía a ellos y
a mí.
Sobre los actos fui
palabras
y ellas buscaban una
lumbre
que no me calentaba a
mí.
Palabras y actos
juntos
nada son sin placer
del cuerpo.
Ahora regreso de esa
vida umbría
buscando siempre
calor de mujer.
Palabras y actos sólo
allí me expresan.
Tu piel junto a mi
piel, eso es lenguaje.
Todo cuanto pretenda
enmudecerlo
maldito sea.
Félix Grande
4 de febrero de 1937
Mérida (Badajoz)
viernes, 31 de enero de 2025
COMO SI NUNCA HUBIERA SIDO MÍA...
COMO SI NUNCA HUBIERA SIDO
MÍA…
Como si nunca hubiera
sido mía,
dad al aire mi voz y
que en el aire
sea de todos y la
sepan todos
igual que una mañana
o una tarde.
Ni a la rama tan sólo
abril acude
ni el agua espera sólo
el estiaje.
¿Quién podrá decir
que es suyo el viento,
suya la luz, el canto
de las aves
en el que esplende la
estación, más cuando
llega la noche y en
los chopos arde
tan peligrosamente
retenida?
¡Que todo acabe aquí,
que todo acabe
de una vez para
siempre! La flor vive
tan bella porque vive
poco tiempo
y, sin embargo, cómo
se da, unánime,
dejando de ser flor y
convirtiéndose
en ímpetu de entrega.
Invierno, aunque
no esté detrás la primavera,
saca
fuera de mí lo mío y
hazme parte,
inútil polen que se
pierde en tierra
pero ha sido de todos
y de nadie.
Sobre el abierto
páramo, el relente
es pinar en el pino,
aire en el aire,
relente sólo para mí
sequía.
Sobre la voz que va
excavando un cauce
qué sacrilegio éste
del cuerpo, éste
de no poder ser
hostia para darse.
Claudio Rodríguez
30 de enero 1934
Zamora
jueves, 30 de enero de 2025
AL FUEGO DEL HOGAR
AL FUEGO DEL HOGAR
Aún no pongáis las
manos junto al fuego.
Refresca ya, y las mías
están solas; que se
me queden frías.
Entonces que
rescoldo, qué alto leño,
cuánto humo subirá,
como si el sueño,
toda la vida se
prendiera. ¡Rama
que no dura,
sarmiento que un instante
es un pajar y se
consume, nunca,
nunca arderá bastante
la lumbre, aunque se
haga con estrellas!
Este al menos es
fuego
de cepa y me calienta
todo el días.
Manos queridas, manos
que ahora llego
casi a tocar,
aquella, la más mía,
¡pensar que es pronto
y el hogar crepita,
y está ya al rojo
vivo,
y es fragua eterna, y
funde, y resucita
aquel tizón, aquel
del que recibo
todo el calor ahora,
el de la infancia! Igual
que el aire en torno
de la llama también
es llama, en torno
de aquellas ascuas
humo fui. La hora
del refranero blanco,
de la vieja
cuenta, del gran
jornal siempre seguro.
¡Decidme que no es
tarde! Afuera deja
su ventisca el
invierno y está oscuro.
Hoy o ya nunca más. Lo
sé. Creía
poder estar aún con
vosotros, pero
vedme, frías las
manos todavía
esa noche de enero
junto al hogar de
siempre. Cuánto humo
sube. Cuánto calor
habré perdido.
Dejadme ver en lo que
se convierte,
olerlo al menos, ver
dónde ha llegado
antes de que
despierte,
antes de que el hogar
esté apagado.
Claudio Rodríguez
30 de enero 1934
Zamora
INDOLENCIA
¡No me digáis que
sigo siendo
una pobre mujer
equivocada!
Lo sé,
y sé más cosas todavía.
Sé que he soñado
tanto
que convertí en inútiles
las más puras
verdades;
sé que inventé yo
misma
los más altos obstáculos;
sé que la vida era
otra cosa,
¡y entonces ya lo
sabía!
Pero una nace a veces
así, torpe
y desmesuradamente
triste,
y todo cuanto
toca se le va
convirtiendo en cenizas.
Porque yo tuve dieciséis
años
y aspiré a ser como
un dios en la tierra.
Aspiré a dignificar a
los hombres,
a enorgullecerme de mí
misma.
Pero, ¡ya pasó!
Todo cuanto vosotros
podáis echarme en cara,
hace mucho que yo me
lo vengo repitiendo.
Extranjera en el
mundo,
he contemplado la
dicha de los otros
con una desesperada
indiferencia.
Pero ya nada importa
nada.
Aquí sigo en mi
puesto,
con mi adolescente
actitud de ávido hastío,
con mi lamentable
corazón de muchacha
apasionadamente
muerto.
¿Qué más da sentirse
desdichada
si apenas queda
tiempo de llorarse?
Es tarde para
rectificar toda una vida
y, además,
ya lo sabéis,
soy indolente…
Susana March
29 de enero de 1918
Barcelona
miércoles, 29 de enero de 2025
SI MI AMOR ES TAN CAUTO QUE, A BUSCARTE...
SI MI AMOR ES TAN CAUTO QUE,
A BUSCARTE…
Si mi amor es tan
cauto que, a buscarte, prefiere
aguardar en la sombra
tu primera llamada,
si mi tímido anhelo
sabe apenas decirte
con torpe lengua el
verso que me dicta la sangre.
Si no sé darle nombre
a esta hoguera en que vivo,
ni logro desprenderme
de mis cansados credos,
y ahuyento
entristecida los rápidos corceles
que habrían de
llevarme a tu sueño, a tus labios…
Si soy así, tan
pobre, con mi cuerpo encendido,
encarcelado al vago
fantasma de mi miedo,
el alma hecha
jirones, batiendo sobre ella,
los pecados del
mundo, tercamente, uno a uno…
Ven tú que desafías
leyes, prejuicios, miedos;
tú, que llevas la
vida sobre los hombros, ancha,
tú que arrasas
montañas, que desnucas el mundo
con tu fuerza de
macho sin fronteras ni angustias.
Lo mismo que las
otras, yo te estoy esperando.
Sellada está mi boca;
sellada mi ternura.
-¡Oh Dios, cómo
rebosa este fuego, esta llama!-
Rompe tú todo sello,
desgarra, libra, entra.
Susana March
29 de enero de 1918
Barcelona
LA NARANJA
LA NARANJA
¡Qué gozo da,
naranja,
tenerte entre las
manos!
¡Qué gozo tu volumen
que sideral, alcanzo,
como quien de la
noche
llega a coger un
astro!
Si constelas
el árbol
sobre la mesa pones
los resplandores
áureos
que apartan la
tiniebla,
el duelo y el
quebranto.
Naranja, mundo en
ciernes,
dulce globo
terráqueo,
dicha redonda
al tacto.
Te miro, con delicia;
con arrobo, te palpo;
más que fruta, eres
hembra
cuando apuro tus gajos.
En el balcón tu
cáscara
es un rizo dorado,
tirabuzón de bella,
chorro de luz,
escándalo.
Gloriada sea la
tierra
que te encendió en su
parto
para que perfumases
la vida, el ser, el
ámbito.
Antonio Oliver
29 de enero de 1903
Cartagena (Murcia)
MINA
MINA
Por la oscura galería
van los mineros cantando,
esperando
llegar a la luz del
día.
El cantar va
resonando
en las otras
galerías.
Y el monte se va
preñando
de esperanzas y
armonías.
Ya callaron los
barrenos,
ya cesó la voz del
mando.
Caminar del nuevo
día,
van cantando
por la oscura galería.
Antonio Oliver
29 de enero de 1903
Cartagena (Murcia)