martes, 24 de junio de 2025

JUNIO

 


JUNIO

 

Oh, sé que he de buscarte

cuando el otoño abrume con sus frutos goteantes

la tierra,

cuando las mozas pasen mordiendo los racimos

como si fueran labios,

cuando las piernas rudas de los hombres

se tiñan con la sangre púrpura de las vides

y quede una canción flotando en el azul helor de la tarde

madura.

Oh, sé que he de buscarte.

Cuando caiga en el río el beso desmayado de la última

adelfa buscaré tus pisadas sobre la arena tibia

donde tu cuerpo expiraba bajo el mío

como un talle verde en el suspenso mediodía.

Oh, sé que he de buscarte

cuando el dormido cisne del otoño aletee en su nido;

pero Junio es ahora un pasto silencioso

que coronan los oros sagrados de la trilla,

y yo bebo en tu cuero la música desnuda

que languidece en los violines lentos de la siesta.

Oh, yo sé que he de buscarte

cuando la campiña despierte del letargo amarillo

de los élitros;

pero ahora es tu cuerpo sólo, tu cuerpo junto al mío,

mientras Junio incendia la felicidad de los montes

más lejanos

y el río besa tímidamente nuestros pies

como si Narciso nos contemplara con sus diluidos ojos

verdes de agua. 

 

Pablo García Baena

29 de junio de 1923

Córdoba

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