jueves, 27 de octubre de 2022

LA TAPIA

 


LA TAPIA

                      

Toco la tapia del adobe manso

que el sol dejó como una áspera miga.

Detrás está el descanso,

la sombra que mitiga

 

el infierno labriego,

derramado demonio de amarillo.

Y de este lado el campo mudo y ciego,

traspasado a cuchillo.

 

Me arde la mano como si tocara

la carne de una herida con gangrena.

Pero detrás se ampara

un corazón que todavía suena.

 

Ni piedra ni espesura. Solamente

para el barro debió haber una gota

de agua. Suficiente.

Así la mano del adobe brota.

 

El adobe es humilde dios. Tutela

el hambre y el sudor. Un dios ibero

que apenas se alza, y vuela

su sombra sobre el sueño jornalero.

 

Pobremente defiende

el techo de la tapia al que reposa

tras de sufrir. Su justa sombra extiende.

No puede ser la tapia más hermosa.

 

Leopoldo de Luis

Cuadro de Amalia Avia

 

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