AÚN TE AGUARDO
¡Oh madrugadas sin amantes y sin embargo amadas!
Yo sé bien que las pasiones enturbian el alma del Poeta.
Este profundo instinto de subir me hace buscarte y, si no
te encuentro, mis ansias serán el furor de las promesas
distantes.
Yo sé bien que nuestro cáliz no tiene mártires.
Y si el amor me engaña, declararé al suicidio una de las
bellas artes.
Es la fiebre del guerrero la que fortifica mi espíritu.
Sublime, la bestia sigue aguardando los pasos del poeta.
El señor del castillo maneja las espadas y está atento.
Lancelot es rescatado por la nave luminosa.
¡Oh señor, que la ambición principal no se eleve alta!
No extraño nada, todo vive a mi alrededor.
No estoy al lado de nadie, aún te aguardo.
Lucía Serrano
Cuadro: "Mañana en Carolina del Sur" de Edward Hopper
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