VIAJANDO AL RETORNO
Despedidas contrarias y besos
ajenos en la media luna,
luces de infaustos deniegan la
razón,
silencios acordonan el
misterio sopesando anécdotas,
pendiendo de un hilo el relato
acontece idilios sin advenir.
Saltando la corriente al otro
lado,
sobrevolando mares al
descubierto en otra isla,
llevándose la simiente y el
valor de una voz
encauzada en la tormenta.
Caminando entre páramos
audibles y valles de río seco,
tambalear entre riscos
agolpando la frente
hasta tropezar en el muro,
la sangre fluye buscando el
cauce de lo verosímil,
recuerda el filón desmedido de
insania
y retiene la paz posible en la
onírica exultación de ansiedad.
La oscuridad hace encanto en
la cumbre,
la ola traspone entusiasmo
entre los dedos,
el deseo compone la estrofa
adecuada
y sólo el impulso duda ante el
trasiego mudado en la sombra.
Volviendo al origen se plasma
el artilugio constante
de una estirpe contorsionada,
recabando instantes se solapan
las palabras que embarran los sentidos
sumando lo vernáculo entre
espinas.
El poniente grita de nuevo en
la sien,
su palidez absorta trasmite
tinieblas en la balconada,
solicitudes de herencia
repasan lo antedicho entre el humo,
una línea más acrecienta
temores olvidados.
La casta amenaza,
el soldado adolece su fuerza,
la cuña alberga el desdén bajo
el capote,
en la sobremesa bailan las
dudas
y la tenue palabra apenas un
respingo pronuncia el fallo.
El viaje concluye interrogante
en el valle del temor,
la fragilidad cubre la piel
engullendo el sortilegio,
la moradura importuna la
firmeza
recordando el llanto del
abandono.
De nuevo el cielo queda al
otro lado del cristal,
un largo poyato acontece en el
escalón
alimentando de espinas el
largo trayecto
hasta la siguiente estrella.
Gloria Gómez Candanedo
Fotografía por Gloria Gómez Candanedo
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