jueves, 13 de julio de 2023

NO ME PREGUNTEN

 


NO ME PREGUNTEN

 

 

Tengo el corazón pesado

con tantas cosas que conozco,

es como si llevara piedras

desmesuradas en un saco,

o la lluvia hubiera caído,

sin descansar, en mi memoria.

 

No me pregunten por aquello.

No sé de lo que están hablando.

No supe yo lo que pasó.

 

Los otros tampoco sabían

y así anduve de niebla en niebla

pensando que nada pasaba,

buscando frutas en las calles,

pensamientos en las praderas

y el resultado es el siguiente:

que todos tenían razón

y yo dormía mientras tanto.

Por eso agreguen a mi pecho

no sólo piedras sino sombra,

no sólo sombra sino sangre.

 

Así son las cosas, muchacho,

y así también no son las cosas,

porque, a pesar de todo, vivo,

y mi salud es excelente,

me crecen el alma y las uñas,

ando por las peluquerías,

voy y vengo de las fronteras,

reclamo y marco posiciones,

pero siguieren saber más

se confunden mis derroteros

y si oyen ladrar la tristeza

cerca de mi casa, es mentira:

el tiempo claro es el amor,

el tiempo perdido es el llanto.

 

Así, pues, de lo que recuerdo

y de lo que no tengo memoria,

de lo que sé y de lo que supe,

de lo que perdí en el camino

entre tantas cosas perdidas,

de los muertos que no me oyeron

y que tal vez quisieron verme,

mejor no me pregunten  nada:

toquen aquí, sobre el chaleco,

y verán cómo me palpita

un saco de piedras oscuras.

 

Pablo Neruda

12 de julio de 1904

Parral (Chile)

 

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