martes, 31 de octubre de 2023

REBELIÓN

 

REBELIÓN

 

 

Serán las madres las que digan: Basta.

Esas mujeres que acarrean siglos

de laboreo dócil, de paciencia,

igual que vacas mansas y seguras

que tristemente alumbran y consienten

con un mugido largo y quejumbroso

el robo y sacrificio de su cría.

 

Serán las madres todas rehusando

ceder sus vientres al trabajo inútil

de concebir tan sólo hacia la fosa.

De dar fruto a la vida cuando saben

que no ha de madurar entre sus ramas.

 

No más parir abeles y caínes.

Ninguna querrá dar pasto sumiso

al odio que supura incoercible

desde los cuatro puntos cardinales.

 

Cuando el amor con su rotundo mando

nos pone actividad en las entrañas

y una secreta pleamar gozosa

nos rompe la esbeltez de la cintura,

sabemos y aceptamos para el hijo

un áspero destino de herramienta,

un péndulo del júbilo a la lágrima.

Que así la vida trenza sus caminos

en plenitud de días y de pasos

hacia la muerte lícita y auténtica,

no al golpe anticipado de la ira.

 

¿Por qué lograr espigas que maduren

para una siega de ametralladoras?

¿Por qué llenar prisiones y cuarteles?

¿Por qué suministrar carne con nervios

al agrio espino de las alambradas,

bocas al hambre y ojos al espanto?

 

¿Es necesario continuar un mundo

en que la sangre más fragante y pura

no vale lo que un litro de petróleo,

y el oro pesa más que la belleza,

y un corazón, un pájaro, una rosa

no tienen la importancia del uranio?

 

Ángela Figuera Aymerich

30 de octubre de 1902

Bilbao

 

lunes, 30 de octubre de 2023

SOY VERTICAL

 


SOY VERTICAL


 

Mejor querría ser horizontal.

No soy un árbol con raíces hondas

en tierra, sorbiendo minerales y amor materno,

refloreciendo así de marzo en marzo,

reluciente, ni orgullo de parterre

blanco de admirativos gritos, muy repintado

y a punto, ignaro, de perder sus pétalos.

Comparado conmigo es inmortal

el árbol, y las flores más audaces:

querría la edad del uno, la temeridad de las otras.

 

Esta noche, en luz infinitésima

de estrellas, árboles y flores

han esparcido su frescura ausente.

Yo entre ellos me paseo, no me ven, cuando duermo

a veces pienso ue me les hermano

más que nunca: mi mente descaece.

Resulta más normal, echada. El cielo

y yo trabamos conversación abierta, así seré

más útil cuando por fin me una con la tierra.

Árbol y flor me tocarán, veránme.

 

Sylivia Plath

27 de octubre de 1932

 

 

TODO ESTÁ LLENO DE TI

 


TODO ESTÁ LLENO DE TI

 

 

Aunque tú no estás, mis ojos

de ti, de todo, están llenos.

No has nacido sólo a un alba,

sólo a un ocaso no he muerto.

El mundo lleno de ti

y nutrido el cementerio

de mí, por todas las cosas,

de los dos, por todo el pueblo.

En las calles voy dejando

algo que voy recogiendo:

pedazos de vida mía

perdidos desde muy lejos.

 

Libre soy en la agonía

y encarcelado me veo

en los radiantes umbrales,

radiantes de nacimiento.

Todo está lleno de mí:

de algo que es tuyo y recuerdo

perdido, pero encontrado

alguna vez, algún tiempo.

Tiempo que se queda atrás

decididamente negro,

indeleblemente rojo,

dorado sobre tu cuerpo.

 

Todo está lleno de ti,

traspasado de tu pelo:

de algo que no he conseguido

y que busco entre tus huesos.

 

Miguel Hernández

30 de octubre de 1910

Orihuela (Alicante)

viernes, 27 de octubre de 2023

CARTA DE AMOR

 


CARTA DE AMOR

 

 

No es fácil expresar lo que has cambiado.

Si ahora estoy viva entonces muerta he estado,

aunque, como una piedra, sin saberlo,

quieta en mi sitio, mi hábito siguiendo.

No me moviste un ápice, tampoco

me dejaste hacia el cielo alzar los ojos

en paz, sin esperanza, por supuesto,

de asir los astros o el azul con ellos.

 

No fue eso. Dormí: una serpiente

como una roca entre las rocas hiende

el intervalo del invierno blanco,

cual mis vecinos, nunca disfrutando

del millón de mejillas cinceladas

que a cada instante para fundir se alzan

las mías de basalto. Como ángeles

que lloran por la gente tonta hacen

lágrimas que se congelan. Los muertos

tenían yelmos helados. No les creo.

 

Me dormí como un dedo curvo yace.

Lo primero que vi fue puro aire

y gotas que se alzaban de un rocío

límpidas como espíritus, y miro

densas y mudas piedras en torno a mí,

sin comprender. Reluzco y me deshojo

como mica que a sí misma se escancíe,

igual que un líquido entre patas de ave,

entre tallos de planta. Mas no pienses

que me engañaste, eras transparente.

 

Árbol y piedra nítidos, sin sombras.

Mi dedo, cual cristal de luz sonora.

Yo florecía como rama en marzo:

una pierna y un brazo y otro brazo.

De piedra a nube iba yo ascendiendo.

A una especie de dios ya me asemejo,

hiende el aire la veste de mi alma

cual pura hoja de hielo. Es una dádiva.

 

Sylvia Plath

27 de octubre de 1932

Jamaica Plain – Boston – Estados Unidos

 

 

 

 

jueves, 26 de octubre de 2023

EL INTRUSO

 

EL INTRUSO

 

 

Amor, la noche estaba trágica y sollozante

cuando tu llave de oro cantó en mi cerradura;

luego, la puerta abierta sobre la sombra helante,

tu forma fue una mancha de luz y de blancura.

 

Todo aquí lo alumbraron tus ojos de diamante; 

bebieron en mi copa tus labios de frescura;

y descansó en mi almohada tu cabeza fragante;

me encantó tu descaro y adoré tu locura.

 

¡Y hoy río si tú ríes, y canto si tú cantas;

y si duermes, duermo como un perro a tus plantas!

¡Hoy llevo hasta en mi sombra tu olor de primavera;

 

y tiemblo si tu mano toca la cerradura;

y bendigo la noche sollozante y oscura

que floreció en mi vida tu boca tempranera!

 

Delmira Agustini

24 de octubre de 1886

Montevideo (Uruguay)

miércoles, 25 de octubre de 2023

LA COPA DEL AMOR

 


LA COPA DEL AMOR

 

 

¡Bebamos juntos en la copa egregia!

Raro licor se ofrenda a nuestras almas,

¡abran mis rosas su frescura regia

a la sombra indeleble de tus palmas!

Tú despertaste mi alma adormecida

en la tumba silente de las horas;

a ti la primer sangre de mi vida

¡en los vasos de luz de mis auroras!

 

¡Ah! tu voz vino a recamar de oro

mis lóbregos silencios; tú rompiste

el gran hilo de perlas de mi lloro,

y al sol naciente mi horizonte abriste.

 

Por ti, en mi oriente nocturnal, la aurora

tendió el temblor rosado de su tul;

así en las sombras de la vida ahora,

yo te abro el alma como un cielo azul.

 

¡Ah, yo me siento abrir como una rosa!

Ven a beber mis mieles soberanas:

¡yo soy la copa del amor pomposa

que engarzará en tus manos sobrehumanas!

 

La copa erige su esplendor de llama…

¡Con qué hechizo en tus manos brillaría!

Su misteriosa exquisitez reclama

dedos de ensueño y labios de armonía.

 

Tómala y bebe, que la gloria dora

el idilio de luz de nuestras almas;

¡marchítense las rosas de mi aurora

a la sombra indeleble de tus palmas!

 

Delmira Agustini

24 de octubre de 1886

Montevideo (Uruguay)

 

 

DESEOS SOBERBIOS

 


DESEOS SOBERBIOS

 

 

Aún no conozco tus besos, ni tus suspiros.

Sólo heridas que tienen las palabras no dichas.

No transportaré corazones muertos.

Tengo un deseo soberbio,

dar un beso que encuentre otro beso.

Vuelvo a lo puro,

afecto que exhalo entre las nubes

cuando procuro entre nosotros

la máxima eficacia.

Que nada sea imperfecto.

Que nada se desvanezca.

 

Oh espíritu sereno, noble y milagroso amante,

finjo vivir entre piedras preciosas.

Esclava vestida con plumas,

no puedo ir a visitarte.

No hay remedio para llega temprano.

Tengamos dos soles y mil lunas.

Que no triunfen entre nosotros los tiranos.

Deseos soberbios de un alma perfecta.

 

Lucía Serrano

Cuadro de Gustav Klimt

lunes, 23 de octubre de 2023

EL TIEMPO ME RECUERDA

 


EL TIEMPO ME RECUERDA

 

 

Recordar no es siempre regresar a lo que ha sido.

En la memoria hay algas que arrastran extrañas maravillas;

Objetos que no nos pertenecen o que nunca flotaron.

La luz que recorre los abismos,

ilumina años anteriores a mí, que no he vivido

pero recuerdo como ocurrido ayer.

Hacia mil novecientos

paseé por un parque que está en París –estaba-

envuelto por la bruma

Mi traje tenía el mismo color de la niebla.

La luz era la misma de hoy

-setenta años después-

cuando la breve tormenta ha pasado

y a través de los cristales veo pasar la gente,

desde esta ventana tan cerca de las nubes.

En mis ojos parece llover

un tiempo que no es mío.

 

Julia Uceda

 

domingo, 22 de octubre de 2023

LA CASA

 



LA CASA

 

 

Dentro de la casa no hay polvo

ni las ventanas están mordidas por el largo olvido,

aunque te preguntas qué hacen ahí esas hojillas verdes

que alguien fue poniendo entra las junturas

y la acaracoladas rejas que vencieron al moho.

 

Sabes que dentro de la casa es hace muchos años

y que hay luz: se derrama desde una lágrima sonora. Los peldaños

de mármol, el cristal, el suave olor y las ondas

doradas de aquella visitante, ocupan su lugar, su tiempo, su sentido. Aromas

de plátanos maduros, la calle –lejanas y amarillas

tierras, nombres de pájaros…---. Entonces

quién estaría naciendo, quién muriendo,

quién doblaría las esquinas, qué pregones,

cómo y quién vendría de camino y con qué mensaje

para ir tejiendo la sábana de vida --¿podría

haber sido otra vida si otra lanzadera…? –que ensombreció la casa.

Ha manchado la niña

la falda a mi mujer… Color ciruela, el traje.

Mujer de rubias ondas,

ahogándola en la mancha que se extiende,

en su forma ilusoria por los años: “Nuestro oro

no es el oro común. Tú, sin embargo,

has demandado al verde…”,

y la apagó dejándola en la acera

sola, ignorada por las otras que la sostienen

aunque la han desdeñado.

Te preguntas de dónde

llegaría el olvido a morder sus cristales,

entreabrir las ventanas para siempre, forzar

las puertas que yo no me llevé --¿quién

las abrió o cerró: la mano última?--. Poner

…temblor en los cuadros torcidos,

en los vidrios de la ciudad

sobre el pez…

briznas de musgo y jaramago y un cuajarón de sombra coronándola

en el brillante azul de la mañana.

 

Desde la lágrima de luz, y  desde el nido

de la memoria van hacia ti sonidos,

roces, voces, ir y venir que alcanzas

desde esta orilla. Tus dedos

rozan tus dedos. Y la casa durmiente, cuya luz

sólo tú reconoces en tu olvido,

parece más secreta en la ruidosa calle.

 

Julia Uceda

22 de octubre de 1925

Sevilla – España

 

viernes, 20 de octubre de 2023

TRISTEZA

 

TRISTEZA

 

 

Devuélvame, decía, a la afortunada orilla

donde Nápoles reflexiona en un mar de azul

sus palacios, sus laderas, sus astros sin nube,

donde el naranjo florece bajo un cielo siempre puro.

¿Qué tarda?¡Vayámonos! Todavía quiero ver de nuevo

Vesubio encendido saliente del pecho de las aguas;

quiero de sus alturas ver levantarse la aurora;

Quiero, guiando del que adoro,

volver a bajar, soñando, de estas risueñas laderas;

Soy en los rodeos de este golfo tranquilo;

regresemos sobre estos bordes a nuestros pasos tan conocidos,

a los jardines de Cintia, a la tumba de Virgilio

cerca de los pedazos dispersos del templo de Venus:

Allí, bajo los naranjos, bajo la vid florida,

cuyo pámpano flexible en el myrte se casa,

y trenza en tu cabeza una bóveda de flores,

al ruido dulce de la ola o del viento que murmura,

sólo con nuestro amor, sólo con la naturaleza,

la vida y la luz tendrán más dulzuras.

 

De mis días pasados la antorcha se consume,

se apaga por grados al soplo de la desgracia,

O, si lanza a veces una luz débil,

es cuando tu memoria en mi pecho lo vuelve a encender;

no sé si los dioses me permitirán por fin

terminar aquí abajo mi día penoso.

Mi horizonte se limita, y mi ojo incierto

atrévete a extenderlo apenas más allá de un año.

Pero si hay que perecer por la mañana,

si hace falta, sobre una tierra a la felicidad destinada,

dejar escapar de mi mano

esta copa que el destino

parecía tener para mí de rosas coronada,

les pido a los dioses sólo guiar mis pasos

hasta los bordes que embellece tu memoria querida,

de saludar de lejos estos afortunados climas,

y de morir a los lugares donde probé la vida.

 

Alphonse Lamartine

21 de octubre de 1790

Macôn – Francia

miércoles, 18 de octubre de 2023

DÍA DE LAS ESCRITORAS

 


16 DE OCTUBRE DE 2023

RECITAL POESÍA TALLER GRUPO CERO 15 DE OCTUBRE DE 2023

 

 

Buenos días.

 

La Biblioteca Nacional de España, en colaboración con la Federación Española de  Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias y con la Asociación Clásicas Modernas celebran cada año, desde 2016, el Día de las Escritoras.

 

Se trata de reivindicar la labor y el legado literario de las mujeres tantas veces relegadas al segundo plano o ni siquiera nombrarlas. La primera edición se celebró en 2016, desde entonces se elige el lunes más cercano al 15 de octubre.

 

El taller de poesía Grupo Cero de Alcalá de Henares, decide este año sumarse a esa celebración, por lo que estamos hoy aquí, que no es lunes, pero para al Taller resulta más fácil adelantar un día y además coincidiendo con el día 15, aniversario del fallecimiento de Teresa de Jesús a la que se nombra patrona de las mujeres escritoras.

 

En este evento ponemos voz a grandes poetas de diferentes épocas. Es difícil traer a todas por lo que hoy hemos hecho una selección en lengua castellana de mujeres escritoras que esperamos sea de su agrado y al menos sirva para conocer un poco la labor literaria.

 

También damos lugar a la participación de los asistentes si quieren acercarse al escenario, tenemos micrófono abierto y algunos libros que podemos recomendar.

 

Dejamos algunas revistas que realizamos en nuestro taller de poesía y que pueden llevarse con mucho gusto.

 

Gloria Gómez

DE PROFUNDIS

 


DE PROFUNDIS

 

 

Si vais por la carretera del arrabal, apartaos, no os

inficione mi pestilencia.

El dedo de mi Dios me ha señalado: odre de putrefacción

quiso que fuera este mi cuerpo,

y una ramera de solicitaciones mi alma,

no una ramera fastuosa de las que hacen languidecer de

amor al príncipe

sobre el cabezo del valle, en el palacete de verano,

sino una loba del arrabal, acoceada por los trajinantes,

que ya ha olvidado las palabras de amor,

y sólo puede pedir unas monedas de cobre en la cantonada.

 

Yo soy la piltrafa que el tablajero arroja al perro del mendigo,

y el perro del mendigo arroja al muladar.

Pero desde la mina de las maldades, desde el pozo de la miseria,

mi corazón se ha levantado hasta mi Dios,

y le ha dicho: Oh Señor, tú que has hecho también la podredumbre,

mírame,

yo soy el orujo exprimido en el año de la mala cosecha,

yo soy el excremento del can sarnoso,

el zapato sin suela en el carnero del camposanto,

yo soy el montoncito de estiércol a medio hacer, que nadie compra

y donde casi ni escarban las gallinas.

 

Pero te amo,

pero te amo frenéticamente.

¡Déjame, déjame fermentar en tu amor,  

deja que me pudra hasta la entraña,

que se me aniquilen hasta las últimas briznas de mi ser,

para que un día sea mantillo de tus huertos!

 

Dámaso Alonso

22 de octubre de 1898

Cuadro de Van Gogh

martes, 17 de octubre de 2023

LA IDOLATRADA

 


LA IDOLATRADA

 

 

Montaña de versos, brazada de sueños

ardiendo,

sobre mi sexo;

llaga de sol, llaga de miel, llaga de luz encima de las frutas clásicas,

incendio, leña de pena…

 

Como camino polvoroso

de canciones,

como recuerdo polvoroso,

así

tu amor

embellece y alegra entristecido.

 

Viejo  y negro pueblo de tórtolas crepusculares;

casa de los naranjos melancólicos

y las tejas lluviosas;

casona de herrumbre con gatos oblicuos y tristes;

con limoneros, solteronas y días domingos,

con villorrios y viajeros, con postinos de cansancio, con carretas de tonadas

en las vitrinas anacrónicas;

país de las provincias y los pianos ruinosos

bajo el poniente irremediable,

país de los sepulcros, los borrachos y las rutas de otoño,

yo,

y tú,

tú, pequeña, curiosas, morena, asomada en las ventanas…

 

Quiero la vida porque tú eres vida,

quiero la sombra porque tú eres sombra, mujer,

quiero la tierra porque tú eres tierra;

y tus besos como higos

como agua de fuentes rurales,

como uvas

llenas de mar, cantando desde las viñas cósmicas;

acepto la materia y la tristeza

porque tu carne es triste,

porque tu alma es triste

como la higuera de las parábolas.

 

Abierta

frente al universo

abierta,

eres cual una herida de la Tierra,

poblada de voces fragantes…

¡palabras del siglo, muñeca con ojazos negros!...

panorama del hombre y del tiempo

cruzando mis huesos!...

 

Aventurero con espanto,

columpio mi gesto pirata,

como un fruto enorme y podrido,

entre la nada y la nada;

encima tú, como un beso en un mundo,

encima tú, temblando,

encima tú, como un nido en un árbol

estupendo,

paloma de las lindes últimas.

 

Eres clara como la muerte,

eres buena como la muerte

y profunda como la muerte;

dulce y triste como sol de invierno;

llena de nidos y frutos,

como un bosque inmenso o una humilde casa de campo:

arada por la maternidad,

los hijos te engrandecen como a la tierra el surco,

mujer, la idolatrada,  

mujer, la idolatrada.

 

Hermana de la luna,

la pena,

la lluvia

y el destino de las cosas,

determinas el limite

de lo absoluto y lo infinito

con la rayita azul de tu existencia.

 

Embajadora de las golondrinas,

mujer, la idolatrada;

se enorgullece “Dios” de haberte hecho

y haberte mirado en los tiempos, haberte mirado en los mundos, haberte

mirado en los sueños

frente a la creación, adolorida;

bendita y amada

por

los siglos

de los siglos…

¡coronada de pueblos y de niños!...

 

Pablo de Rokha

17 de octubre de 1894

Lincanten (Chile)

 

domingo, 15 de octubre de 2023

A UNA PROFESA


 

A UNA PROFESA

 

 

¡Oh!, dichosa tal zagala

que hoy se ha dado a un tal Zagal

que reina y ha de reinar.

 

Venturosa fue su suerte

pues mereció tal Esposo:

ya yo, Gil, estoy medroso,

no la osaré más mirar,

pues ha tomado marido

que reina y ha de reinar.

 

 

-Pregúntale qué le ha dado

para que lleve a su aldea.

-El corazón le ha entregado

muy de buena voluntad.

-Mi fe, poco le ha pagado

que es muy hermoso el Zagal,

que reina y ha de reinar.

 

-Si más tuviera más diera.

-¿Por qué le avisas, carillo?

Tomemos el cobanillo,

sírvanos, deja sacar,

pues ha tomado marido,

que reina y ha de reinar.

 

-Pues vemos lo que dio ella

¿qué le ha de dar el Zagal?

-Con su sangre la ha comprado.

 

¡Oh qué precioso caudal,

y dichosa tal zagala,

que contentó a este Zagal!

 

-Mucho le debía de amar,

pues le dio tan gran tesoro.

-¿No ves que se lo da todo,

hasta el vestir y calzar?

Mira que es ya su marido,

que reina y ha de reinar.

 

-Bien será que la tomemos,

para este nuestro rebaño,

y que la regocijemos

para ganar su amistad,

pues ha tomado marido,

que reina y ha de reinar.

 

Santa Teresa de Jesús