PRESENTACIÓN LIBRO CAMINANTE, de
Gloria Gómez Candanedo
Caminante es el primer libro en
solitario de Gloria Gómez. En 2018 participó en el poemario conjunto “Nombre de
mujer”, junto con sus compañeras del taller coordinado por Carlos Fernández del
Ganso, al que asiste desde 2010.
Dividido en 4 secciones, este libro
nos muestra su trayectoria personal hasta llegar al encuentro con la poesía. El
primer poema, Libros en el desván, comienza así:
Olor
a papel humedecido, era como un imán
sus
hojas se abrían en la sala que miraba al sur,
eran
como la piel gastada del abuelo
al
encender su mechero en tarde siesta
cuando
el olor del trigo recién segado
acompañaba
de mansedumbre.
Recuerdos de su infancia, de los
personajes que poblaron aquellos primeros años y que fueron delineando su
personalidad, sus amores, sus tendencias, hasta llegar al momento de esa
primera transformación que la convertiría en ciudadana del mundo, como nos
cuenta en Y así, fui una ciudadana:
El
paso del tiempo acontece,
viviendo
cada momento que crece,
librando
osados y tremendos frentes
mientras
se añora a todos los ausentes.
En la segunda sección, Entre Versos,
se centra en los pilares de su pensamiento actual, reivindicando la importancia
de las palabras. Porque la autora sabe que no tiene los mismos efectos hablar
que callar.
Las
palabras congeladas en una lágrima,
sin
poder pronunciar,
provocan
un nudo en la garganta,
en
el estupor del silencio.
O en otra estrofa:
Esa
nada que transforma el alma
hasta
dejarla apocada al vacío
Esa
nada que emana de una palabra callada
y
cuando se dice carece de signficado.
Y ella ha decidido que es mejor
hablar, para construir el presente y poder pensar el porvenir:
En
una mirada, una palabra,
una
caricia permanece todo el sinfín concomitante,
perpetuando
en la piel del tiempo,
a
través de la ventana en que espera el futuro
limpiando
el gris horizonte.
Y porque la palabra es la manera más
eficaz de transmitir emociones, hay también poemas dedicados al abuelo, a su
hermana, a su hijo, a la niña que alguna vez fue.
En el mundo, tercera sección del
libro, nos presenta una mujer que vive entre otros, a los que irá retratando en
sus versos. Una poeta que bóxer a la realidad que la rodea con mirada crítica,
sin falsedades:
El
color de la bandera
no
distingue el hambre del campesino
…
Poemas
que reclaman justicia social, porque ella sabe que la poesía es un arma cargada
de futuro:
Una vez más la palabra
se hace grito,
clamando paz, pidiendo
pan;
al unísono, volver a
encontrarse de nuevo
en la línea diaria del
verso.
Todos
somos ciudadanos del mundo, nos dice, y cada uno lleva en su mirada las edades,
las experiencias que han ido forjando su realidad. Quizá por eso, esta poeta no
se resigna al silencio, a la queja, a la pasividad:
Ante una hoja en
blanco
intento romper las
cadenas
que enredan
los silencios en la
oscuridad,
intento poner el verso
en el hombre
que solo tiene un
gemido,
venido de abismos milenarios
contenidos en la
afrenta arcaica.
La
última sección. Algunas sutilezas, viene la poner el colofón a este libro con
una serie de poemas que tienen relación con el amor, la amistad, las palabras
compartidas. Y con el paso del tiempo, el crecimiento, su evolución:
No es que hayan pasado
los lustros, no,
simplemente pertenezco
a otra vida.
Nada tienen que ver
aquellos que me vieron
por primera vez,
oyeron mi primer balbuceo,
solo es que me tocó un
verso
desde el que miles de
surcos rodean la palabra.
Poemas
con nombre y apellido que nos dan una idea de los pactos que la poeta ha hecho
con la realidad, de las fuertes relaciones que ha establecido con los otros,
con el mundo. Porque solos no podemos, y ella lo sabe. En el poema dedicado al
coordinador de su taller nos lo muestra:
No sólo es cubrir páginas
en blanco al mundo,
o revestir sombras en
lienzos
o versificar notas al
aire, no,
también esta vez se
acerca la luz a tu piel.
Gracias,
Gloria, por regalarnos este libro.
Carmen
Salamanca
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