viernes, 27 de octubre de 2023

CARTA DE AMOR

 


CARTA DE AMOR

 

 

No es fácil expresar lo que has cambiado.

Si ahora estoy viva entonces muerta he estado,

aunque, como una piedra, sin saberlo,

quieta en mi sitio, mi hábito siguiendo.

No me moviste un ápice, tampoco

me dejaste hacia el cielo alzar los ojos

en paz, sin esperanza, por supuesto,

de asir los astros o el azul con ellos.

 

No fue eso. Dormí: una serpiente

como una roca entre las rocas hiende

el intervalo del invierno blanco,

cual mis vecinos, nunca disfrutando

del millón de mejillas cinceladas

que a cada instante para fundir se alzan

las mías de basalto. Como ángeles

que lloran por la gente tonta hacen

lágrimas que se congelan. Los muertos

tenían yelmos helados. No les creo.

 

Me dormí como un dedo curvo yace.

Lo primero que vi fue puro aire

y gotas que se alzaban de un rocío

límpidas como espíritus, y miro

densas y mudas piedras en torno a mí,

sin comprender. Reluzco y me deshojo

como mica que a sí misma se escancíe,

igual que un líquido entre patas de ave,

entre tallos de planta. Mas no pienses

que me engañaste, eras transparente.

 

Árbol y piedra nítidos, sin sombras.

Mi dedo, cual cristal de luz sonora.

Yo florecía como rama en marzo:

una pierna y un brazo y otro brazo.

De piedra a nube iba yo ascendiendo.

A una especie de dios ya me asemejo,

hiende el aire la veste de mi alma

cual pura hoja de hielo. Es una dádiva.

 

Sylvia Plath

27 de octubre de 1932

Jamaica Plain – Boston – Estados Unidos

 

 

 

 

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