CARMEN
DE UNOS RECUERDOS
Hermosa,
sólo hermosa.
Estrellas tibias en tu pelo suelto
que al aire combatía;
prados, floridos, cielos
en el agua, curvados
animales ligeros cuerpo abajo, ladera
abajo; pechos
gacelas; áureas
caderas con caballos. Todo, fuego
en un río de espacio musical, cauce de astros
infinito.
Sí:
bella,
hermosa. Sonreías
como cálida nieve; mirabas pasar ríos;
concedías labiales
claveles oprimidos, auroras
vacilantes, luz negra,
hiedras ardientes cuerpo adentro.
¡Oh rosa
hija del tiempo, agua
del tiempo, floreciente
lago de tiempo!
Junto
a tus orillas
he soñado la vida, y he mirado
anchos los cielos. Aunque todo pase,
yo amaré siempre.
Poso mi
cabeza
sobre la roca, muevo el horizonte,
y oh sollozado ramo de palabras, golpeo
el agua clara. ¡Fuente,
luz del ser, con tu imagen!
¿Te soñaba? Tenía
una estrella en el pecho.
Y tú eras
hermosa, eras
hermosa; sonreías…
Eugenio de Nora
13 de noviembre de 1923
Magaz de Cepeda – León
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