¿RECUERDAS?
¿Recuerdas?...
tú no recuerdas
aquellas
tardes tranquilas
en
que en la vereda angosta
que
conduce a tu casita
plegaban
a tu contacto
sus
hojas las sensitivas
como
al poder misterioso
del
amor tu alma de niña…
en
la oscuridad pasaban
las
luciérnagas cual chispas
que
bajo la yerba espesa
nuestros
dedos perseguían
¡Así
también en las horas
de
mis años de desdicha
cruzaban
por entre sombras
mis
esperanzas perdidas!...
¿Recuerdas?...
tú no recuerdas
la
cruz de mayo que hicimos
con
violetas silvestres
y
con sonrosados lirios
bajo
el frondoso ramaje
de
tu árbol favorito.
Como
una lluvia de perlas
sobre
blanco raso níveo
brillaba
por los […]
en
las hojas del rocío!
Y los
pájaros cantores
hicieron
cerca sus nidos…
después
pasé una mañana
y vi
tu ramo marchito
como
mi pasión ardiente
por
tu infamia y tus desvíos.
¿Recuerdas?...
tú no recuerdas
más
de esa noche amorosa,
la
lumbre de tus pupilas,
el
aliento de tu boca
entreabierta
y perfumada
como
un botón de magnolia,
los
murmullos argentinos
del
agua bajo las frondas,
el
brillo de las estrellas
y
las esencias ignotas
que
derramaron los genios
en
las brisas cariñosas,
quedaron
como una huella
que
el tiempo leve no borra
¡Ay!
para toda la vida
¡Escritas
en la memoria!
¿Recuerdas?...
tú no recuerdas
pero
yo, cuando levanta
el
crepúsculo sombrío
del
fondo de las cañadas
y
las tristezas inmensas
de
lo profundo del alma
al
pasado fugitivo
tiendo
la vista cansada
y
nuestra historia de amores
hacia
mí tiende las alas.
¡Cuando
en las horas nocturnas
cabe
el esposo que te ama
tu
agitado pensamiento
tenga
segundos de calma
de
aquella pasión extinta
¡Jamás
te acuerdes, ingrata!
¿Recuerdas?...
tú no recuerdas
la
tarde aquella en que juntos
bajamos
de la colina,
tus
grandes ojos oscuros
se
anegaban en los rayos
sonrosados
del crepúsculo
y tu
voz trémula y triste
como
un lejano murmullo
me
hablaba de los temores
de
tu cuerpo moribundo!
Si hubieras
entonces muerto
cómo
amara tu sepulcro
ahora,
cuando te veo
feliz
gozar de tus triunfos.
¡Tan
sólo asoma a mis labios
una
sonrisa de orgullo!
José
Asunción Silva
27
de noviembre de 1865
Bogotá
– Colombia
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