ENSÁNCHAME
Tanto licor en vaso tan pequeño,
Señor, tan hondo afán, tan altas ramas,
tanto clamor corriendo a borbotones
en las estrechas delicadas venas.
Tanto pesar, o luz, o hiel, o nieve
manando en mí, creciéndome –continua
marea sin reflujo que me bate—
me romperán, Señor, me harán pedazos
la débil envoltura que me encierra.
Ensánchame, Señor. Dame el abismo
más hondo y alto y ancho de tus mundos
para volcarme toda y dilatarme
con dimensión de mares, mar yo misma,
y alzarme en olas, y cantar subiendo
desde el oscuro fondo frecuentado
por peces sin pupila hasta el ardiente
contacto de los astros suspendidos,
y revolverme libre, y alargarme
hasta rozar las playas remotísimas
con lentos pasos y tenderme en ellas
como animal herido, descansando.
Ángela Figuera Aymerich
No hay comentarios:
Publicar un comentario
poesia