martes, 14 de noviembre de 2023

EL ABANICO

 


EL ABANICO

 

 

Ha cerrado tu mano el abanico

y sonreír tu boca sólo sabe

en dulce faz que el tiempo no ha borrado

todavía.

 

Desde tu ayer me miras y su niebla

encubre días, noches, largos años.

Más joven que yo eres, madre mía,

y parece que buscas un refugio

que yo quisiera darte sin dudarlo.

 

Hija mía

serías tu… soy vieja –ya lo sabes--,

mas tu cuna sería el corazón

que no envejece nunca en su ternura:

en él te mecería dulcemente.

 

Y mecer tu sonrisa yo sabría.

Tu abanico ha de abrirse al nuevo aire

con ademán feliz y gesto suave:

la gasa rasgaría de gris niebla.

 

Trasvasadas sonrisas tuyas, mías,

unirán el pasado y el presente.

Han trasvasado amor de las dos almas:

se abre el abanico lentamente…

 

Y de nuevo a tu lado soy ya niña

y tú madre otra vez, con tu abanico

que abres y reabres sonriendo.

 

Concha Zardoya

14 de noviembre de 1914

Valparaíso (Chile)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

poesia