HILANDERAS DEL VERSO
A través del tiempo en sueños
confabulados
en leyendas de ayer o relatos
de hoy,
en un amanecer o en un halo
crepuscular,
a través de senderos o en
haces de semilla aureolada,
el camino de tardes al ocaso
de un esplendor, ellas,
ataviando esfuerzos al hilar
versos en la múltiple ensenada.
Al paso de estaciones del
recuerdo,
al frente de señoríos
entramados en la cuenca,
el recorrido de vetas en las
venas
alojando la compostura de la
entraña,
a través de los siglos, la milenaria
canción,
avatares de ahínco al escuchar
el llanto
o vértigos de usanza solariega
al despuntar el trébol.
Ellas, hilando flirteos entre
adoquines trasnochados,
tejiendo cortejos en esbozos
de antaño
cuando bufaba el viento al
dorso de la encrucijada,
impulsando arrojo a la
vetustez abnegada
al mostrar el azul sosteniendo
la sencillez
que aporta el siguiente bordón.
Hilando páginas,
trazando anales en el sino del
sol,
compendio de horas y líneas en
la frente,
fustigando el recoveco del alma
donde se instala el recelo,
demarcando lindes en sollozos
de despedida
y alborotando enigmas
entre las idas y venidas en el
cauce del amor.
Desenredando vestigios
profanos entre los dedos,
devaneando prejuicios en el escombro
del lecho,
venciendo desaires en guerras
inciertas,
ellas, las hilanderas de la
fábula,
ofertando el vientre a la
vida,
pulsando el primer grito al
universo,
ellas, desde la memoria
sortean la palabra y
acunan el futuro mostrando el
verso.
Gloria Gómez Candanedo
Cuadro: "Cosiendo la vela" de Joaquín Sorolla
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