DESPUÉS DE TANTA LUCHA ESTÉRIL
Después de tanta lucha estéril
qué amable resulta la paz.
Cada prodigio vivo canta
su maravilloso cantar.
Después de tantas horas ásperas
cómo mece la sencillez
del cielo al agua, el
campo, el beso,
las criaturas del ayer.
Tras de avanzar contra la
corriente
qué apacible dejarse ir.
Sentir la vida sosegada
con la intimidad de un
jardín.
José Hierro
Cuadro de Ignacio Zuloaga
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