OTRA VEZ HAN VUELTO A APAGARSE
Otra vez han vuelto a
apagarse
los astros que me
iluminaban.
Otra vez la sombra se
cierne
sobre la tierra, el cielo,
el agua.
Recorro a ciegas los
caminos
que conducían a tu alma.
Para romper el alto muro
ya no viene la madrugada.
No te enseñaron bien los
nombres
de las cosas que tú
nombrabas.
No te enseñaron bien los
nombres,
y ahora no puedo yo hacer
nada.
Ahora no puedo (se
borraron
los caminos) hacer yo
nada.
Dices “amor”, dices “eterno”,
mas no conoces las
palabras.
No te enseñaron bien los
nombres
con que todo se
concretara.
Te desearon, te dijeron
que era el amor el que
reinaba.
Por robarte el cuerpo
mintieron,
robándote primero el alma.
Fuiste el ensueño de
alguien, pero
aquel soñador no soñaba.
Un ensueño sin soñador
es tener sin su cuerpo el
alma.
Como rumor de mar remoto,
pero mar que no tiene
agua.
Como una melodía inmensa,
errante, sin cuerda ni
flauta.
Dices “amor”, “eterno”; así
te restituyes a tu patria.
Pero tu patria no ha
existido,
como ya no existe el
mañana.
Y cómo entrar, pasar,
ganarte
en esa desnudez fantástica.
Seguir contigo siempre,
como
si no recordaras.
Es mejor no pensar, seguir
a donde nos lleven las
aguas.
José Hierro
Caudro de Pierre Auguste Renoir
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