viernes, 3 de febrero de 2023

INTERIOR

 

INTERIOR

 

 

Ya nadie sabía qué hacer, qué palabra

decir. No quisimos romper el silencio.

Entraba la luz, nos llegaba la luz.

Pero nadie sabía qué hacer, qué palabra

decir. Cada uno miraba sus manos,

cada uno tenía sus manos mojadas de sombra.

 

Arriba, en la abierta ventana, de cara al poniente,

seguía él mirando.

Ya nadie sabía qué hacer, qué palabra

decir. Nadie quiso mirarle la frente dorada

donde pronto la luz, como un zumo de fruta, se haría violeta.

 

Cada uno miraba sus manos.

Cada uno sabía que él pronto vendría

con la tarde en los ojos abiertos

y en los labios, temblando, la bella palabra.

 

Arriba, en la abierta ventana,

de cara al poniente, seguí él mirando.

Y ya nadie sabía qué hacer, qué palabra

decir, de qué modo anhelar,

cómo hablar sin romper antes que él el divino silencio.

 

José Hierro

Cuadro: "La absenta" de Edgar Degas

 

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