jueves, 23 de febrero de 2023

VAGUEDADES

 


VAGUEDADES

 

X

 Una vez tuve un clavo

clavado en mi corazón,

y no me acuerdo ya si era aquel clavo

de oro, de hierro o de amor.

Solo sé que hizo un mal tan hondo,

que tanto me atormentó,

que día y noche sin cesar lloraba

como lloró Magdalena en la Pasión.

“Señor, que todo lo puedes

-le pedí una vez a Dios-,

dame valor para arrancar de un golpe

clavo de tal condición.”

Y me lo dio Dios, y lo arranqué;

mas… ¿quién lo pensara…? Después

ya no sentí más tormentos

ni supe qué era el dolor;

supe solo que no sé qué me faltaba

en donde el clavo faltó,

y quizá, quizá tuve saudades

de aquella pena… ¡Buen Dios!

Este barro mortal que envuelve el espíritu

¡quién lo entenderá, Señor…!

 

Rosalía de Castro

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