sábado, 31 de agosto de 2024

LA BRISA

 


LA BRISA

 

A mi querido amigo J.C. Fernández

 

Aliento de la mañana

que vas robando en tu vuelo

la esencia pura y temprana

que la violeta lozana

despide en vapor al cielo.

 

Dime, soplo de la aurora,

brisa inconstante y ligera.

¿vas por ventura a esta hora

al valle que te enamora

y que gimiendo te espera?

 

¿O vas acaso a los nidos

de los jilgueros cantores

que en la espesura escondidos

te aguardan medio adormidos

sobre sus lechos de flores?

 

¿O vas anunciando acaso,

sopla del alba naciente,

al murmurar de tu paso,

que el muerto sol del ocaso

se alza un niño en Oriente?

 

Recoge tus leves alas,

brisa pura del Estío,

que los perfumes que exhalas

vas robando entre las galas

de las violetas del río.

 

Detén tu fugaz carrera

sobre las risueñas flores

de la loma y la pradera,

y ve a despertar ligera

al ángel de mis amores.

 

Y dile, brisa aromada,

con tu murmullo sonoro,

que ella es mi ilusión dorada,

y que en mi pecho grabada

como a mi vida la adoro.

 

Manuel Acuña Narro

27 de agosto de 1849

Saltillo - México

 

jueves, 29 de agosto de 2024

VIA, VERITAS ET VITA

 


VIA, VERITAS ET VITA

 

 

Ver en todas las cosas

de un espíritu incógnito las huellas;

contemplar

sin cesar

en las diáfanas noches misteriosas,

la santa desnudez de las estrellas…

¡Esperar!

¡Esperar!

¿Qué? ¡Quién sabe! Tal vez una futura

y no soñada paz… sereno y fuerte,

correr esa aventura

sublime y portentosa de la muerte.

 

Mientras, amarlo todo, y no amar nada,

sonreír cuando hay sol y cuando hay brumas;

cuidar de que en el áspera jornada

no se atrofien las alas, ni oleada

de cieno vil ensucie nuestras plumas.

 

Alma: tal es la orientación mejor,

tal es el instintivo derrotero

que nos muestra un lucero

interior.

 

Aunque nada sepamos del destino,

la noche a no temerlo nos convida.

Su alfabeto de luz, claro y divino,

nos dice: “Ven a mí: soy el Camino,

la Verdad y la Vida”.

 

 

Amado Nervo

27 de agosto de 1870

Tepic – México

lunes, 26 de agosto de 2024

A UNA MUJER

 


A UNA MUJER

 

No hay que llorar porque las plantas crecen en tu balcón,

no hay que estar triste

si una vez más la rubia carrera de las nubes te reitera lo inmóvil,

ese permanecer en tanta fuga. Porque la nube estará ahí,

constante en su inconstancia cuando tú, cuando yo

–pero por qué nombrar el polvo y la ceniza.

Sí, nos equivocábamos creyendo que el paso por el día

era lo efímero, el agua que resbala por las hojas hasta hundirse en la tierra.

 

Sólo dura lo efímero, esa estúpida planta que ignora la tortuga,

esa blanda tortuga que tantea en la eternidad con ojos huecos,

y el sonido sin música, la palabra sin canto, la cópula sin grito de agonía,

las torres  del maíz, los ciegos montes.

Nosotros, maniatados a una conciencia que es el tiempo,

no nos movemos del terror y la delicia,

y sus verdugos delicadamente nos arrancan los párpados

para dejarnos ver sin tregua cómo crecen las plantas del balcón,

cómo corren las nubes al futuro.

 

¿Qué quiere decir esto? Nada, una taza de té.

No hay drama en el murmullo, y tú eres la silueta de papel

que las tijeras van salvando de lo informe: oh vanidad de creer

que se nace o se muere,

cuando lo único real es el hueco que queda en el papel,

el golem que nos sigue sollozando en sueños y en olvido.

 

Julio Cortazar

26 de agosto de 1914

Ixelles – Bélgica

domingo, 25 de agosto de 2024

LOS IMPOSIBLES PÁJAROS - III- 3

 


LOS IMPOSIBLES PÁJAROS

III

3

 

Una voz diferente arrebata tu boca.

Una voz encendida de felices acentos.

Te ha nacido del beso una voz que convoca

luces y arrobamientos.

 

Musical y diáfana cascada, oral espuma

choca en los dientes, surte por orillas carnales.

Una voz que traspasa como al aire la pluma

los aires musicales.

 

Has aprendido a hablar de un solo beso.

Tan hondo fue, tenia tal plenitud su brío

que traspasó la carne, que enardeció hasta el hueso

e invadió tus orillas como un río.

 

Como un río amoroso ha anegado tus tierras

y en sus húmedas márgenes nació, junco luciente,

hierba clara y dulcísima, esa voz que entierras

otra voz diferente.

 

Es como si en ti hablara

la feliz y amorosa plenitud de la vida.

Tu voz como indeleble relámpago se aclara

en mí. Me abrasa. Ahonda. Como una dulce herida.

 

Leopoldo de Luis

 

sábado, 24 de agosto de 2024

LO PERDIDO

 


LO PERDIDO

 

¿Dónde estará mi vida, la que pudo

haber sido y no fue, la venturosa

o la de triste horror, esa otra cosa

que pudo ser la espada o el escudo

 

y que no fue? ¿Dónde estará el perdido

antepasado persa o el noruego,

dónde el azar de no quedarme ciego,

dónde el ancla y el mar, dónde el olvido

 

de ser quien soy? ¿Dónde estará la pura

noche que al rudo labrador confía

el iletrado y laborioso día,

 

según lo quiere la literatura?

Pienso también en esa compañera

que me esperaba, y que tal vez me espera.

 

Jorge Luis Borges

24 de agosto de 1899

Buenos Aires – Argentina

 

BALADA DEL CAMINO

 


BALADA DEL CAMINO

 

 

He tardado mucho en llegar.

Día tras día iban mis pasos comprendiendo el camino,

unas veces me alejaba de Dios, y otras me acercaba más a él;

a veces me besaban unos labios, y a veces los sentía  

muy lejanos de mí y casi muertos en la noche.

 

He caminado con las estaciones del año,

con los ríos silenciosos y con las estrellas;

he caminado con la tierra de trigo

y con el viento triste de las calles abandonadas

que agitaba sus alas en mi espíritu.

 

He tardado mucho tiempo en llegar

y muchas ilusiones perdidas como flores de almendro

a largo del sueño mantenido en las horas entreabiertas de estudio.

He tardado muchos días inolvidables,

a veces al borde de un arroyo, a veces al borde de la música,

sintiendo el corazón viajero como las nubes

y la mano dispuesta para apretar el silencio de otra mano.

 

He caminado la tierra más desnuda,

y los días más claros y más hermosos,

y las noches más altas y transparentes,

a solas con la llanura y con el cielo,

sin desear otra hermosura sino el nombre sereno del Señor,

mientras su voz amiga consolaba mi humana permanencia.

 

He tardado en llegar, pero no estoy al fin de mi camino.

El tiempo se desnuda de sus galas antiguas en la madurez del corazón,

y quedan sus horas ofrecidas en carne limpia.

He llegado por fin, y está el hogar encendido,

esperando la mirada más lenta de mis ojos,

la mirada que no termine nunca

mientras los árboles renuevan su belleza inmortal y pasajera.

 

Ya no quiero ser más de lo que soy

porque la luz y la sombra sienten la gratitud nacida de mi palabra,

y el canto que afirmaba mi presencia ideal entre los hombres

desmaya suavemente como si sólo fuera posible la piedad.

 

De “Baladas interiores”

Luis Felipe Vivanco

22 de agosto de 1907

San Lorenzo del Escorial (Madrid)

miércoles, 21 de agosto de 2024

DEJO ESTE AMOR AQUÍ...

 


DEJO ESTE AMOR AQUÍ…

 

Dejo este amor aquí

para que el viento

lo deshaga y lo lleve

a caminar la tierra.

 

No quiero

su daga sobre mi pecho,

ni su lenta

ceñidura de espinas en la frente

de mis sueños.

 

Que lo mire mis ojos

vuelto nube,

aire de abril,

sombra de golondrina

en los espejos frágiles

del mar…

Trémula lluvia

repetida sin fin sobre los árboles.

 

Tal vez un día, tú

que no supiste

retener en las manos

su júbilo perfecto,

conocerás su rostro en un perfume,

o en la súbita muerte de una rosa.

 

Meira Delmar

21 de agosto de 1922

Barranquilla – Colombia

ALGUIEN PASA

 


ALGUIEN PASA

 

Alguien pasa y pregunta

por los jazmines, madre.

 

Y yo guardo silencio.

 

Las palabras no acuden

en mi ayuda, se esconden

en el fondo del pecho, por no subir vestidas

de luto hasta mi boca,

y derramarse luego

en un río de lágrimas.

 

No sé si tú recuerdas

los días aún tempranos

en que ibas como un ángel

por el jardín, y dabas

a los lirios y rosas

su regalo de agua,

y las hojas marchitas

recogías en esa

tu manera tan suave

de tratar a las plantas

y a los que se acercaban

a tu amistad perfecta.

 

Yo sí recuerdo, madre,

tu oficio de ser tierna

y fina como el aire.

 

Una tarde un poeta

recibió de tus manos

un jazmín que cortaste

para él. Con asombro

te miró largamente

y se llevó a los labios,

reverente, la flor.

 

Se me quedó en la frente

aquel momento, digo

la frente cuando debo

decir el corazón.

 

Y se me va llenando

de nostalgia la vida,

como un vaso colmado

de un lento vino pálido,

si alguien pasa y pregunta

por los jazmines, madre.

 

Meira Delmar

21 de agosto de 1922

Barranquilla – Colombia

 

lunes, 19 de agosto de 2024

EL OLVIDO

 


EL OLVIDO

 

Cuando una boca suave boca dormida besa

como muriendo entonces,

a veces, cuando llega más allá de los labios

y los párpados caen colmados de deseo

tan silenciosamente como consiente el aire,

la piel con su sedosa tibieza pide noches

y la boca besada

en su inefable goce pide noches, también.

 

Ah, noches silenciosas, de oscuras lunas suaves,

noches largas, suntuosas, cruzadas de palomas,

en un aire hecho manos, amor, ternura dada,

noches como navíos…

 

Es entonces, en la lata pasión, cuando el que besa

sabe ah, demasiado, sin tregua, y ve que ahora

el mundo le deviene un milagro lejano,

que le abren los labios aún hondos estíos,

que su conciencia abdica,

que está por fin él mismo olvidado en el beso

 un viento apasionado le desnuda las sienes,

es entonces, al beso, que descienden los párpados,

y se estremece el aire con un dejo de vida,

y se estremece aún

lo que no es aire, el haz ardiente del cabello,

el terciopelo ahora de la voz, y, a veces,

la ilusión ya poblada de muertes en suspenso.

 

Idea Vilariño

18 de agosto de 1920

Montevideo – Uruguay

domingo, 18 de agosto de 2024

A UNA MUJER QUE PONÍA LOS CUERNOS AL CONDE

 


A UNA MUJER QUE PONÍA LOS CUERNOS AL CONDE

 

Lágrimas de embuste

más me endurecen,

pues regados con ellas

mis cuernos crecen.

 

Niña del negro cabello

y de muchos corazones

lloras los cuernos que pones,

aquí te caigan en ello.

 

Quieres que vuelva mi cuello

al yugo de tus engaños,

cuando me avisan mis daños

y desengaños me ofrecen,

que con lágrimas falsas

mis cuernos crecen.

 

Viví un tiempo enamorado,

mas ya sin culpa o castigo,

cuanto escribo y cuanto digo

es efecto recatado;

que un cuerno ratificado

con embustes, y de su dueño,

dará que sentir a un leño,

que lágrimas no merecen

cuando riegan cuerno,

mis cuernos crecen.

 

Conde de Villamediana

17 de agosto de 1582

Lisboa – Portugal

sábado, 17 de agosto de 2024

LA CASA

 


LA CASA

 

 

Construyen una casa

media cuadra abajo

y yo me levanto  aquí

con las persianas bajas

a escuchar los ruidos,

los martillos clavando las puntillas,

tac, tac, tac, tac,

y luego escucho los pájaros y

tac tac tac

y voy a acostarme,

tiro las cobijas hasta la garganta;

han estado construyendo esta casa

por un mes y pronto tendrá

su gente… durmiendo, comiendo,

amando, moviéndose por todas partes,

pero algo

ahora

no es correcto,

parece una locura,

hombres caminando en su techo con puntillas en la boca

y leo acerca de astro y Cuba,

y por la noche camino por

y las nervaduras de la casa muestran

y adentro veo gatos caminando

la manera como los gatos caminan,

y luego un muchacho que pasa en una bicicleta

y aún la casa está sin terminar

y en la mañana los hombres

regresan

caminando por todas partes en la casa

con sus martillos

y parece que la gente no construye casas

nunca más,

parece que la gente debiera parar de trabajar

y sentarse en cuartos pequeños

en segundos pisos

bajo luces eléctricas sin persianas;

parece que hay mucho para olvidar

y mucho para no hacer

y en farmacias, mercados, bares,

la gente está cansada, no quieren

moverse y yo me paro en la noche

y miro a través de esta casa y la

casa no desea que se construya;

a través de sus lados veo las colinas moradas

y las primeras luces del atardecer,

y hacer frío

y abotono mi chaqueta

y me paro allá a mirar la casa

y los gatos se paran y me miran

hasta cuando me siento desconcertado

y me muevo hacia el norte por la acera

donde habré de comprar

cigarrillos y cerveza

y retornaré luego a mi cuarto.

 

Charles Bukowski

16 de agosto de 1920

Andernach – Alemania

viernes, 16 de agosto de 2024

DESNUDA Y ADHERIDA A TU DESNUDEZ...

 

DESNUDA Y ADHERIDA A TU DESNUDEZ…

 

Desnuda y adherida a tu desnudez.

Mis pechos como hielos recién cortados,

en el agua plana de tu pecho.

mis hombros abiertos bajo tus hombros.

Y tú, flotante en mi desnudez.

 

Alzaré los brazos y sostendrá tu aire.

Podrás desceñir mi sueño

porque el cielo descansará en mi frente.

Afluentes de tus ríos serán mis ríos.

Navegaremos juntos, tú serás mi vela,

y yo te levaré por mares escondidos.

 

¡Qué suprema efusión de geografías!

Tus manos sobre mis manos.

Tus ojos, aves de mi árbol,

en la yerba de mi cabeza.

 

Carmen Conde

15 de agosto de 1907

Cartagena (Muricia)

 

miércoles, 14 de agosto de 2024

ESTO QUE SE TERMINA SOY YO. NO PUEDO PASAR DE MÍ...

 

ESTO QUE SE TERMINA SOY YO. NO PUEDO PASAR DE MÍ…

 

Esto que se termina soy yo. No puedo pasar de mí.

He llegado hasta mis propios bordes;

rebosaría, derramándome, si quisiera

a la Puerta de Dios llamar.

 

Una mirada en sí; unos sentidos todos

dentro de ellos mismos… Soy ahora

el límite total de la criatura.

 

Voy a afirmarme ante el No, a gritar que vine

henchida de un latido inexpresable;

y que espero me sostengan unas manos

sin pulpa de la tierra.

 

Todo llegó conmigo;

fabulosas miserias traje absorta

y un delgadísimo ramaje de venturas

que soñaba bosque de amor en el mundo.

 

De aquí no espero brotar.

Nadie me llama.

¿Voy a persistir cual una sombra

delante de tu voz jamás oída?

Atiéndeme, misterio; no te alcanzo.

¿Eres la quietud, eres violencia

de quietud…?

¿Eres yo misma?

 

Carmen Conde

15 de agosto de 1907

Cartagena (Muricia)

domingo, 11 de agosto de 2024

EL REO DE MUERTE

 


EL REO DE MUERTE

 

¡Oh, vedle, vedle! ¡Turbia y ardiente la mirada,

en brazos de su culpa que le acrimina austera,

tan lejos y tan cerca de la insondable nada,

del mundo que le arroja, del polvo que le espera!...

¡Luchando con extrañas y horribles agonías

que traen ante sus ojos en rápida carrera

sus inocentes horas, sus conturbados días,

el cuadro pavoroso de su existencia entera!

 

Ayer, aunque entre sombras, lo porvenir incierto,

brindábale ilusiones de amor y de ventura,

y hoy, asomado al borde de su sepulcro abierto,

contempla horripilado la eternidad obscura.

La muerte, que le acosa con misterioso grito,

desierta los terrores de su conciencia impura:

quiere llamar, y apaga sus voces el delito,

quiere huir, y le asalta la hambrienta sepultura.

 

¡Ay, si recuerda entonces el dulce hogar sereno

donde pasó ignorada su infancia soñadora,

la amante y pobre madre que le llevó en su seno,

único ser acaso que le disculpa y llora!

¡Ay triste de él si al lado del hondo precipicio

su amparo no le presta la fe consoladora;

la fe que se levanta potente en el suplicio

y da sus alas de ángel al alma pecadora!

 

¡Miradle! Cada paso que hacia el cadalso avanza

de su agitada vida los horizontes cierra:

apágase en sus ojos la luz de la esperanza

y el peso de la muerte fatídico le aterra.

¡Ay, ten valor! Si un día de imprevisión y dolo

te puso con los hombres y con la ley en guerra,

mañana entre los muertos abandonado y solo

en su profundo olvido te envolverá la tierra.

 

Aparta tu mirada terrífica y sombría

de esa apiñada turba que bulle en el camino

para gozar del triste placer de tu agonía

y presenciar el término de tu fatal destino.

¡Oh! No la empuja sólo su imbécil sentimiento

hacia el cadalso infame que espera al asesino.

¡Hasta la cumbre misma del Gólgota sangriento

siguió también los pasos del redentor divino!

 

Julio 1861

 

Gaspar Núñez de Arce

4 de agosto de 1832

Valladolid

viernes, 9 de agosto de 2024

ETERNA VOZ

 


ETERNA VOZ

 

Y vendrán otras gentes y otros días

y enterrarán mi voz.

                                     Irán sus pasos

sobre la negra arena que recubra

mi cuerpo, y el silencio, como un pájaro,

anidara en mi casa. Las cenizas

de mis palabras aventaran largos

dedos grises del viento. En otras bocas

como un milagro

se encenderán las mismas voces mías.

Pero no seré yo. (Cruza los prados

un día y otro día el mismo río,

mas nunca torna el agua que ha pasado).

 

También una amargura

--cuchillo, espina, dardo—

herirá la ternura de las almas,

pero no será ésta. (Cada año

traen rosas los rosales, mas la espina

que una vez nos hirió, nunca ha tornado).

 

Como un río  es la voz, como una espina

es la amargura.

                            En pálidos

panoramas del sueño he visto un día

mi voz y mi tormento reflejados

en otras nuevas gentes

y a través de cien años.

Cuando yo esté ya muerto. Mi amargura

y mi voz han de ser como un legado.

 

Ni aun esta voz es mía, es una herencia.

Yo no soy yo. Fui aquél. He sido. Acaso

hay un oculto río y una escondida espina

que eternamente van atravesándonos.

 

Leopoldo de Luis

Cuadro de Van Gogh

miércoles, 7 de agosto de 2024

ARENA

 


ARENA

 

Necesito arena

Un poco nada más.

La que cabe en la palma de la mano.

Pero ha de ser limpia, suave, seca,

sin conocer orillas ni marcas,

ignorando pisadas y desnudos.

Sin voces ni ruidos.

Que no sepa de peces ni de ahogados,

ni del rumor de caracolas.

Sin tortura de ramblas.

Blanca y pura arena, recogida con cuidado.

Sola.

 

María Cegarra

2 de agosto de 1899

La Unión  (Murcia)

MIRAD LOS LOCOS, ALTOS COMO RAMAS...

 


MIRAD LOS LOCOS, ALTOS COMO RAMAS…

 

Mirad los locos, altos como ramas,

llenos de inmensidad y poderío;

mirad los altos cual soberbias llamas,

amenazando al cielo con su brío.

 

Como harapos ardientes y violentos

esparcen sus delirios y su anhelo.

Vedlos chocar su pecho con los vientos,

pobres guiñapos locos junto al cielo.

 

¡Ay, qué locura de abrasado vino

arde en su honda y más profunda vena!

Y van raudos, tenaces, sin destino,

hijos del cielo, ciegos en la arena.

 

Fantasmas de la nada y del coraje,

dioses heridos, bellos, desgarrados,

que llenan de pavor todo el paisaje

con aullidos tremendos y abrasados.

 

Otras veces tranquilos, misteriosos,

llenos de humilde pena y de grandeza,

se agolpan contra el suelo silenciosos

y reposan en tierra su cabeza.

 

Si acarician la tierra dulcemente,

sienten allá en su alma enamorada

una mujer que besa tiernamente

su pobre frente loca y desolada.

 

Cuando su seca, marchitada boca

acercan a la piedra, enamorados,

¡qué soledad tremenda da la roca

a sus nobles sentidos desbordados!

 

¡Ay, pobres locos del amor, de anhelo,

de la nada simiente y alimento,

mitad tierra sin nadie, mitad cielo,

carne de Dios en la mitad el viento!

 

Rafael Morales

31 de julio de 1919

Talavera de la Reina (Toledo)