LA BRISA
A mi querido amigo J.C. Fernández
Aliento de la mañana
que vas robando en tu
vuelo
la esencia pura y temprana
que la violeta lozana
despide en vapor al cielo.
Dime, soplo de la aurora,
brisa inconstante y
ligera.
¿vas por ventura a esta
hora
al valle que te enamora
y que gimiendo te espera?
¿O vas acaso a los nidos
de los jilgueros cantores
que en la espesura
escondidos
te aguardan medio
adormidos
sobre sus lechos de
flores?
¿O vas anunciando acaso,
sopla del alba naciente,
al murmurar de tu paso,
que el muerto sol del
ocaso
se alza un niño en
Oriente?
Recoge tus leves alas,
brisa pura del Estío,
que los perfumes que
exhalas
vas robando entre las
galas
de las violetas del río.
Detén tu fugaz carrera
sobre las risueñas flores
de la loma y la pradera,
y ve a despertar ligera
al ángel de mis amores.
Y dile, brisa aromada,
con tu murmullo sonoro,
que ella es mi ilusión
dorada,
y que en mi pecho grabada
como a mi vida la adoro.
Manuel Acuña Narro
27 de agosto de 1849
Saltillo - México