ETERNA VOZ
Y vendrán otras gentes y
otros días
y enterrarán mi voz.
Irán sus
pasos
sobre la negra arena que
recubra
mi cuerpo, y el silencio,
como un pájaro,
anidara en mi casa. Las
cenizas
de mis palabras aventaran
largos
dedos grises del viento. En
otras bocas
como un milagro
se encenderán las mismas
voces mías.
Pero no seré yo. (Cruza
los prados
un día y otro día el mismo
río,
mas nunca torna el agua que
ha pasado).
También una amargura
--cuchillo, espina, dardo—
herirá la ternura de las
almas,
pero no será ésta. (Cada
año
traen rosas los rosales,
mas la espina
que una vez nos hirió,
nunca ha tornado).
Como un río es la voz, como una espina
es la amargura.
En pálidos
panoramas del sueño he
visto un día
mi voz y mi tormento reflejados
en otras nuevas gentes
y a través de cien años.
Cuando yo esté ya muerto. Mi
amargura
y mi voz han de ser como
un legado.
Ni aun esta voz es mía, es
una herencia.
Yo no soy yo. Fui aquél. He
sido. Acaso
hay un oculto río y una
escondida espina
que eternamente van
atravesándonos.
Leopoldo de Luis
Cuadro de Van Gogh
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