miércoles, 7 de agosto de 2024

MIRAD LOS LOCOS, ALTOS COMO RAMAS...

 


MIRAD LOS LOCOS, ALTOS COMO RAMAS…

 

Mirad los locos, altos como ramas,

llenos de inmensidad y poderío;

mirad los altos cual soberbias llamas,

amenazando al cielo con su brío.

 

Como harapos ardientes y violentos

esparcen sus delirios y su anhelo.

Vedlos chocar su pecho con los vientos,

pobres guiñapos locos junto al cielo.

 

¡Ay, qué locura de abrasado vino

arde en su honda y más profunda vena!

Y van raudos, tenaces, sin destino,

hijos del cielo, ciegos en la arena.

 

Fantasmas de la nada y del coraje,

dioses heridos, bellos, desgarrados,

que llenan de pavor todo el paisaje

con aullidos tremendos y abrasados.

 

Otras veces tranquilos, misteriosos,

llenos de humilde pena y de grandeza,

se agolpan contra el suelo silenciosos

y reposan en tierra su cabeza.

 

Si acarician la tierra dulcemente,

sienten allá en su alma enamorada

una mujer que besa tiernamente

su pobre frente loca y desolada.

 

Cuando su seca, marchitada boca

acercan a la piedra, enamorados,

¡qué soledad tremenda da la roca

a sus nobles sentidos desbordados!

 

¡Ay, pobres locos del amor, de anhelo,

de la nada simiente y alimento,

mitad tierra sin nadie, mitad cielo,

carne de Dios en la mitad el viento!

 

Rafael Morales

31 de julio de 1919

Talavera de la Reina (Toledo)

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