CREO EN LA REALIDAD
Me han llorado
los ojos, pero he visto.
Caminé con los
párpados alerta
y con ellos
abiertos aún resisto.
Que lo real
encuentr
e así una puerta.
Sé cómo suena
el mundo cuando gira
alrededor de
un hombre en pie de lucha.
Sé también cómo
suena la mentira
y el corazón
que escucha.
Sápida fue la
vida poco a poco
dejándome
dulzuras y amargores.
La vida al fin
es como un barman loco
jugando a
hacer alquimia de sabores.
He percibido
bajo los aromas
el humo de las
cosas al ocaso.
El olfato
conoce los idiomas
de todo, a
redroviento, paso a paso.
Y nacieron las
formas dulces, suaves,
ásperas,
esquinadas, en mis dedos.
Alguna vez
toqué y quemé mis naves.
Otras toqué, y
me llené de miedos.
Mi lengua y
mis oídos y mis manos,
mi nariz y mis
ojos, interrogan.
La realidad
les da sus soberanos
argumentos. Dialogan.
Ante estos
cinco jueces he tenido
frente a las
cosas un duro careo.
Olí, toqué,
gusté, y vi y he oído.
Testigo soy. En
la realidad creo.
Leopoldo de
Luis
Cuadro de Ignacio Zuloaga
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