NACIMIENTO DE CRISTO
Un pastor pide
teta por la nieve que ondula
blancos perros
tendidos entre linternas sordas.
El Cristito de
barro se ha partido los dedos
en los tilos
eternos de la madera rota.
¡Ya vienen las
hormigas y los pies ateridos!
Dos hilillos
de sangre quiebran el cielo duro.
Los vientres
del demonio resuenas por los valles
golpes y
resonancias de carne de molusco.
Lobos y sapos
cantan en las hogueras verdes
coronadas por
vivos hormigueros del alba.
La luna tiene
un sueño de grandes abanicos
y el toro
sueña un toro de agujeros y de agua.
El niño llora
y mira con un tres en la frente,
San José ve en
el heno tres espinas de bronce.
Los pañales
exhalan un rumor de desierto
con cítaras
sin cuerdas y degolladas voces.
La nieve de Manhattan
empuja los anuncios
y lleva gracia
pura por las falsas ojivas.
Sacerdotes idiotas
y querubes de pluma
van detrás de Lucero
por las altas esquinas.
Federico García
Lorca
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