POR LOS HUMILDES
Yo soy vuestro poeta,
seres que fecundáis
la entraña en que se hunden vuestras
manos,
con zumos de sangre y de lloro.
Yo soy vuestro poeta,
¡oh seres que esperáis
la aparición de un signo fraternal,
tras el alba que enciende sus antorchas
de oro!
Yo soy vuestro poeta,
manos esclavizadas.
Yo soy vuestro poeta,
¡oh plantas desgarradas
por el Dolor que azota los Destinos!
Vuestro labio no reta,
más, allá en donde brota el anhelo
de la liberación,
vuestros ojos exhaustos se levantan al
cielo,
bajo el Dolor que azota los Destinos.
En la noche sin astros
mientras voces de súplica llevan los
vientos,
van quedando unos rastros
cruentos…!
¡En la noche sin astros
hay senos que tiemblan de frío,
y labios hambrientos
que oprimen el fruto de carne, vacío..!
Yo soy vuestro poeta,
seres que fecundáis vuestras entrañas
con zumos de sangre y de lloro.
Yo soy vuestro poeta,
manos esclavizadas.
Yo soy vuestro poeta,
¡oh plantas desgarradas!
mas, allá, en donde brota el anhelo
de mi propia liberación,
hay un labio que reta
y unos ojos que ven en el cielo
signos de redención,
tras el alba que enciende sus antorchas
de oro.
Germán Pardo García
Cuadro: "Las espigadoras" de Jean François Millet
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