jueves, 30 de noviembre de 2023

LA NOCHE DEL MISTERIO

 


LA NOCHE DEL MISTERIO

 

El velo cubre la lontananza,

el cielo acepta la luna iluminando el campo entre peñascos,

el viandante apura la llegada al umbral de la cosecha,

elige el retorno al viejo ensanche amilanado con la huída

y recompone el tesón invitando al descortés, a compartir la mesa.

 

La noche absorbe el delirio de la ventura

entregada a la ceguera de un vocablo tránsfugo,

eludiendo la vieja promesa, emanando desolación,

al paso del carruaje engalanado de limpidez absurda,

tras el cortejo alfeñique demorado la noche del enigma.

 

Pasaron siglos antes que demostraras el buen hacer,

pasaron tormentas y rayos pulsaron la hiel

antes que supieras la primera letra,

el tiempo se deshace en ungüentos de locura

y anhelos laberínticos cada vez que intentas

borrar la efigie del embeleco.  

 

Aquella noche se deshizo el sueño entre sábanas oscuras,

el tiempo no hizo más que abrir el eco en tantas rocas

como las veces que ahuyentabas el ruego de mi consuelo.

 

El peso de la razón te encorva la columna de piedades

al unísono de un rebufo, por la trasera de tu artificio,

al cuestionar mis soledades contenidas en ráfagas de sílabas.

 

La enmienda del desdén, adquirido en cada almanaque de historia,

corroe la sien, y expande caricias al osezno,

como el agasajo a la especie golpeada por la indiferencia,

queriendo recomponer lo inverosímil,

meticulosamente ataviado.  


Gloria Gómez Candanedo

Cuadro: "La anoche estrellada" de Vincent Van Gohg

 

miércoles, 29 de noviembre de 2023

DAME TU LIBERTAD

 


DAME TU LIBERTAD…

 

 

Dame tu libertad.

No quiero tu fatiga,

no ni tus hojas secas,

tu sueño, ojos cerrados.

Ven a mí desde ti,

no desde tu cansancio

de ti. Quiero sentirla.

Tu libertad me trae,

igual que un viento universal,

un olor de maderas

remotas de tus muebles,

una bandada de visiones

que tú veías

cuando en el colmo de tu libertad

cerrabas ya los ojos.

¡Qué hermosa tú libre y en pie!

Si tú me das tu libertad me das tus años

blancos, limpios y agudos como dientes,

me das el tiempo en que tú la gozabas.

Quiero sentirla como siente el agua

del puerto, pensativa,

en las quillas inmóviles

el alta mar. La turbulencia sacra.

Sentirla,

vuelo parado,

igual que en sosegado soto

siente la rama

donde el ave se posa,

el ardor de volar, la lucha terca

contra las dimensiones en azul.

Descánsala hoy en mí: la gozaré

con un temblor de hoja en que se paran

gotas del cielo al suelo.

La quiero para soltarla, solamente.

No tengo cárcel para ti en mi ser.

Tu libertad te guarda para mí.

La soltaré otra vez, y por el cielo,

por el mar, por el tiempo,

veré como se marcha hacia su sino.

Si su sino soy yo, te está esperando.

 

Pedro Salinas

27 de noviembre de 1891

Madrid

domingo, 26 de noviembre de 2023

¿RECUERDAS?

 


¿RECUERDAS?

 

 

¿Recuerdas?... tú no recuerdas

aquellas tardes tranquilas

en que en la vereda angosta

que conduce a tu casita

plegaban a tu contacto

sus hojas las sensitivas

como al poder misterioso

del amor tu alma de niña…

en la oscuridad pasaban

las luciérnagas cual chispas

que bajo la yerba espesa

nuestros dedos perseguían

¡Así también en las horas

de mis años de desdicha

cruzaban por entre sombras

mis esperanzas perdidas!...

 

¿Recuerdas?... tú no recuerdas

la cruz de mayo que hicimos

con violetas silvestres

y con sonrosados lirios

bajo el frondoso ramaje

de tu árbol favorito.

Como una lluvia de perlas

sobre blanco raso níveo

brillaba por los […]

en las hojas del rocío!

Y los pájaros cantores

hicieron cerca sus nidos…

después pasé una mañana

y vi tu ramo marchito

como mi pasión ardiente

por tu infamia y tus desvíos.

 

¿Recuerdas?... tú no recuerdas

más de esa noche amorosa,

la lumbre de tus pupilas,

el aliento de tu boca

entreabierta y perfumada

como un botón de magnolia,

los murmullos argentinos

del agua bajo las frondas,

el brillo de las estrellas

y las esencias ignotas

que derramaron los genios

en las brisas cariñosas,

quedaron como una huella

que el tiempo leve no borra

¡Ay! para toda la vida

¡Escritas en la memoria!

 

¿Recuerdas?... tú no recuerdas

pero yo, cuando levanta

el crepúsculo sombrío

del fondo de las cañadas

y las tristezas inmensas

de lo profundo del alma

al pasado fugitivo

tiendo la vista cansada

y nuestra historia de amores

hacia mí tiende las alas.

¡Cuando en las horas nocturnas

cabe el esposo que te ama

tu agitado pensamiento

tenga segundos de calma

de aquella pasión extinta

¡Jamás te acuerdes, ingrata!

 

¿Recuerdas?... tú no recuerdas

la tarde aquella en que juntos

bajamos de la colina,

tus grandes ojos oscuros

se anegaban en los rayos

sonrosados del crepúsculo

y tu voz trémula y triste

como un lejano murmullo

me hablaba de los temores

de tu cuerpo moribundo!

Si hubieras entonces muerto

cómo amara tu sepulcro

ahora, cuando te veo

feliz gozar de tus triunfos.

¡Tan sólo asoma a mis labios

una sonrisa de orgullo!

 

José Asunción Silva

27 de noviembre de 1865

Bogotá – Colombia

 

 

sábado, 25 de noviembre de 2023

YO ME MUERO DE AMOR QUE NO SABÍA...

 

YO ME MUERO DE AMOR QUE NO SABÍA…


 

Yo me muero de amor, que no sabía,

aunque diestro en amar cosas del suelo,

que no pensaba yo que amor del cielo

con tal rigor las almas encendía.

 

Si llama la moral filosofía

deseo de hermosura a amor, recelo

que con mayores ansias me desvelo

cuanto es más alta la belleza mía.

 

Amé en la tierra vil, ¡qué necio amante!

¡Oh luz del alma, habiendo de buscaros,

qué tiempo que perdí como ignorante!

 

Mas yo os prometo agora de pagaros

con mil siglos de amor cualquiera instante

que por amarme a mi dejé de amaros.

 

Lope de Vega

25 de noviembre de 1562

Madrid

 

viernes, 24 de noviembre de 2023

NO SABE QUÉ ES AMOR QUIEN NO TE AMA...

 


NO SABE QUÉ ES AMOR QUIEN NO TE AMA…


 

No sabe qué es amor quien no te ama,

celestial hermosura, esposo bello,

tu cabeza es de oro, y tu cabello

como el cogollo que la palma enrama.

 

Tu boca como lirio, que derrama

licor al alba; de marfil tu cuello;

tu mano el torno y en su palma el sello

que el alma por disfraz jacintos llama.

 

¡Ay Dios!, ¿en qué pensé cuando, dejando

tanta belleza y las mortales viendo,

perdí lo que pudiera estar gozando?

 

Mas si del tiempo que perdí me ofendo,

tal prisa me daré, que un hora amando

venza los años que pasé fingiendo.

 

Lope de Vega

25 de noviembre de 1562

Madrid

 

jueves, 23 de noviembre de 2023

MANO AMOROSA A QUIEN AMOR SOLÍA

 


MANO AMOROSA A QUIEN AMOR SOLÍA


 

Mano amorosa quien amor solía

dar el arco y las flechas de su fuego,

porque como era niño, y al fin ciego,

matases tú mejor lo que él no vía.

 

El cielo ha sido autor de tu sangría

para poner a tu crueldad sosiego,

haciendo su milagro con mi ruego

nacer corales entre nieve fría.

 

Vierte esa fuente de rubíes puros,

¡oh peña de cristal! Con blanda herida,

¿pero cómo podrán al hierro impío

 

mis tiernos ojos asistir tan duros,

pues vengándome a costa de mi vida,

la sangre es tuya y el dolor es mío?

 

Lope de Vega

25 de noviembre de 1562

Madrid

 

 

martes, 21 de noviembre de 2023

ESCRIBO ENTRE SOMBRAS

 


ESCRIBO ENTRE SOMBRAS

 

Me ladeo entre indecisiones,

me encubre la doblez del terreno en paradigmas de ocaso

y muchedumbre en plenitud de acoso a lo innoble.

 

Me aturde tanta confusión,

y los desechos de tanta ingravidez al tiempo de premura

cuando adolece una mujer el cieno de su cóncava desnudez.

 

Mis letras danzan interpuestas entre arengas y remolones,

el vuelo acaece en la pértiga que atraviesa el costal

y empaña los senos de mugrienta sed

a devorar el escarnio moderado

en la pleitesía de desacordes, abanderando rescoldos

de un pasado demoledor de almas.

 

Resuena un murmullo entre carismas de infamia,

retumba la tierra ante el clamor de un mal perder,

escollos fluctúan entre vestigios y sombras de miseria,

cubriendo la vanidad en absortos parangones,

desfilando entre lluvias deshonestas

calcinando el relumbre de otro amanecer.

 

Las letras dudan entre misterios,

bailan sin parajes de consolación,

gritan el silencio entre duplos yuxtapuestos

e interpelan al tribuno

la ofrenda señalada entre vitelas de estirpe.

 

Me ladeo entre titubeos,

me devaneo en encrucijadas y aranceles de imperialismo

colmados de paradoja y lechos amohinados en páramos,

ahuyentando la agalla de la entereza.

 

Pasar una hoja, y otra más,

en estaciones de sinfonía, emulando pasajes,

deletreando cifras y ensueños avalados

en el primer refractario hospedado en la singular torpeza,

en el anónimo manifiesto, en la desolada felonía,

atravesando surcos ajenos,

mientras la danza de mis dedos

silabea la vivacidad del siguiente latido.  


Gloria Gómez Candanedo

Cuadro de Francisco de Goya

 

 

sábado, 18 de noviembre de 2023

COMO DESPUÉS DE UN SUEÑO

 


COMO DESPUÉS DE UN SUEÑO

 

 

Como después de un sueño,

no acertaría

a decir en qué instante sucedió.

                                Llamaban.

Algo, ha comenzado, no admitía espera.

 

Me sentí extraño al principio,

lo reconozco –tantos años

que pasaron igual que en la luna…

Decir exactamente qué buscaba,

mi esperanza cuál fue, no me es posible

decirlo ahora,

                          porque en un instante

determinado todo vaciló llamaban.

Y me sentí cercano.

Un poco de aire libre,

algo tan natural como un rumor

crece si se le escucha de repente.

 

Pero ya desde ahora siempre será lo mismo.

Porque de pronto el tiempo se ha colmado

y no da para más. cada mañana

trae, como dice Auden, verbos irregulares

que es preciso aprender, o decisiones

penosas y que aguardan examen.

                                     Todavía

hay quien cuenta conmigo. Amigos míos,

o mejor: compañeros, necesitan,

quieren lo mismo que yo quiero

y me quieren a mí también, igual

que yo me quiero.

 

Así que apenas puedo recordar

qué fue de varios años de mi vida,

o adónde iba cuando desperté

y no me encontré solo.

 

Jaime Gil de Biedma

13 de noviembre de 1929

Barcelona

 

 

viernes, 17 de noviembre de 2023

A UNA DAMA MUY JOVEN, SEPARADA

 


 

A UNA DAMA MUY JOVEN, SEPARADA

 

 

En un año que has estado

casada, pechos hermosos,

amargas encontraste

las flores del matrimonio.

 

Y una buena mañana

la dulce libertad

elegiste impaciente,

como un escolar.

 

Hoy vestida de corsario

en los bares se te ve

con seis amantes por banda

--Isabel, niña Isabel--,

 

sobre un taburete erguida,

radiante, despeinada

por un viento sólo tuyo,

presidiendo la farra.

 

De quién, al fin de una noche,

no te habrás enamorado

por quererte enamorar!

Y todo me lo han contado.

 

¿No has aprendido, inocente,

que en tercera persona

los bellos sentimientos

son historias peligrosas?

 

Que la sinceridad

con que te has entregado

no la comprenden ellos,

niña Isabel. Ten cuidado.

 

Porque estamos en España.

Porque son uno y lo mismo

los memos de tus amantes,

el bestia de tu marido.

 

Jaime Gil de Biedma

13 de noviembre de 1929

Barcelona

jueves, 16 de noviembre de 2023

TE AMO CUANDO TE SÉ

 


TE AMO CUANDO TE SÉ

 

 

Te amo cuando te sé desnuda como una niña,

como una mano partida como un reclamo agudo

y tierno que me llamara desde una rama desnuda,

como un pez que olvidara que existen los anzuelos.

 

Como un pez asustado con un anzuelo en la boca.

Como el estrago en los ojos de un niño mutilado

en el sueño, en la carne. como la sangre vertida.

Desnuda como una sangre.

 

Te amo cuando te sé desnuda como una navaja,

como una hoja viva y ofrecida, como un rayo

que la calcina, ciego. Como la hierba, como la lluvia.

Como mi sombra, desnuda detrás del espejo helado.

 

Tan desnuda como un seno enganchado a mis labios.

Como el labio abierto de un viejo desdentado

encarado a la muerte. Como la hora desarmada

y abierta del deshielo.

 

María Mercé Marçal

De: “Desglac” 1988

13 de noviembre de 1952

Ivars d’Urgell - Barcelona

miércoles, 15 de noviembre de 2023

CARMEN DE UNOS RECUERDOS

  


CARMEN DE UNOS RECUERDOS

 

 

Hermosa,

sólo hermosa.

Estrellas tibias en tu pelo suelto

que al aire combatía;

prados, floridos, cielos

en el agua, curvados

animales ligeros cuerpo abajo, ladera

abajo; pechos

gacelas; áureas

caderas con caballos. Todo, fuego

en un río de espacio musical, cauce de astros

infinito.

                          Sí: bella,

hermosa. Sonreías

como cálida nieve; mirabas pasar ríos;

concedías labiales

claveles oprimidos, auroras

vacilantes, luz negra,

hiedras ardientes cuerpo adentro.  

 

¡Oh rosa

hija del tiempo, agua

del tiempo, floreciente

lago de tiempo!

                       Junto a tus orillas

he soñado la vida, y he mirado

anchos los cielos. Aunque todo pase,

yo amaré siempre.

                       Poso mi cabeza

sobre la roca, muevo el horizonte,

y oh sollozado ramo de palabras, golpeo

el agua clara. ¡Fuente,

luz del ser, con tu imagen!

¿Te soñaba? Tenía

una estrella en el pecho.

Y tú eras

hermosa, eras

hermosa; sonreías…

 

Eugenio de Nora

13 de noviembre de 1923

Magaz de Cepeda – León



martes, 14 de noviembre de 2023

EL ABANICO

 


EL ABANICO

 

 

Ha cerrado tu mano el abanico

y sonreír tu boca sólo sabe

en dulce faz que el tiempo no ha borrado

todavía.

 

Desde tu ayer me miras y su niebla

encubre días, noches, largos años.

Más joven que yo eres, madre mía,

y parece que buscas un refugio

que yo quisiera darte sin dudarlo.

 

Hija mía

serías tu… soy vieja –ya lo sabes--,

mas tu cuna sería el corazón

que no envejece nunca en su ternura:

en él te mecería dulcemente.

 

Y mecer tu sonrisa yo sabría.

Tu abanico ha de abrirse al nuevo aire

con ademán feliz y gesto suave:

la gasa rasgaría de gris niebla.

 

Trasvasadas sonrisas tuyas, mías,

unirán el pasado y el presente.

Han trasvasado amor de las dos almas:

se abre el abanico lentamente…

 

Y de nuevo a tu lado soy ya niña

y tú madre otra vez, con tu abanico

que abres y reabres sonriendo.

 

Concha Zardoya

14 de noviembre de 1914

Valparaíso (Chile)

lunes, 13 de noviembre de 2023

FUTURO ENVEJECIDO

 

 


FUTURO ENVEJECIDO

 

 

Los niños, muchos niños, piden techo,

lloran alma, tiritan sin rencor.

Acaso está lloviendo, acaso hubo

la naranja que no alcanzó su mano,

o el frío, o las muchísimas estampas

que no vieron jamás. O los zapatos

que están rotos…

 

la letra jota de jugar, jardín,

las letras de alegría que arden solas,

¿dónde yacen? Quisiéramos saber…

 

Los niños quieren recobrar su edad.

 

Una concha y un pan, un monigote,

bastan, mas ¿dónde están? No veo el rostro

de esos niños debajo de su cara:

veo un disfraz registrador que suma

tiempo, y tiempo de adultos, tiempo y duelo,

dolor y hasta un final… que escaparíamos, oh Dios,

qué hacer, qué haríamos, esto

es demasiado, esto no puede ser!

Nosotros, antes, indudable, muchos

ya no tuvimos casi juventud; había

sin Instituto tanto que aprender,

tanto que ver en serio, ojos redondos;

y además qué más da, si era estupendo

vivir ya de verdad… cumplidos hombres

de doce años entonces… nos mataron

al muchacho. Fue triste, pero un niño

está siempre en nosotros.

                                              Esto ahora…

Qué extraña la vejez si no hubo vida.

Qué edad terrible, adulta sin edad.

¡Qué hacer, digo; qué hacer! Rebotan, vuelven,

aun con rumor de guerra, tierno César

Vallejo las palabras de aquel llanto

¡Ah! ¡Desgraciadamente, hombres humanos,

hay, hermanos, muchísimo que hacer!

Mucho, mucho, ¡así es!

 

Eugenio de Nora

13 de noviembre de 1923

Magaz de Cepeda - León

De “España, pasión de vida!

 

 

domingo, 12 de noviembre de 2023

YO NO PUEDO TENERTE NI DEJARTE

 


YO NO PUEDO TENERTE NI DEJARTE

 

 

Yo no puedo tenerte ni dejarte,

ni sé por qué, al dejarte o al tenerte,

se encuentra un no sé qué para quererte

y muchos sí sé qué para olvidarte.

 

Pues ni quieres dejarme ni enmendarte,

yo templaré mi corazón de suerte

que la mitad se incline a aborrecerte

aunque la otra mitad se incline a amarte.

 

Si ello es fuerza querernos, haya modo, 

que es morir el estar siempre riñendo:

no se hable más en celo o en sospecha

 

y quien da la mitad, no quiera del todo;

y cuando me la estás allá haciendo,

sabe que estoy haciendo la desecha.

 

Sor Juana Inés de la Cruz

12 de noviembre de 1648