CORAZÓN DE MUJER
IV
Deja que apoye en tu
hombro mi cabeza,
deja que en ti descanse mi
alma de mujer,
pero acércate más. ¡Me da
tanta tristeza
la sombra que desciende
con el atardecer!...
¿No oyes subir el cauce de
la melancolía?
Me parece un presagio de
lo que va a cesar…
Ya se asoman las almas a
ver morir el día:
es la hora romántica. ¡No
la dejes pasar!
Pon tu mano en mis manos,
un instante…
Sofoca las palabras que
dicen adiós a la ilusión…
Séllala con los besos, lágrimas
de tu boca…
¡Y déjame llorar sobre tu
corazón!
Cristina de Arteaga
6 de noviembre de 1902
Zarauz (Guipúzcoa)
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