MI PROPIA PROFECÍA ES MI MEMORIA
Vuelvo a la habitación
donde estoy solo
cada anoche, almacén de
los días
caídos ya en su espejo
naufragable.
Allí, entre testimonios
maniatados,
yace inmóvil mi vida: sus
papeles
de tornadizo sueño. La
madera,
el temblor de la lámpara,
el cristal
visionario, los frágiles
oficios de los muebles,
guardan
bajo sus apariencias el
continuo
regresar de mis años, la
espesura
tenaz de mi memoria, toda
la confluencia simultánea
de torrenciales cifras que
me inundan.
Mundo recuperable, lo
vivido
se congrega impregnando
las paredes
donde de nuevo nace lo
caduco.
Reconstruidas ráfagas de
historia
juntan el porvenir que
soy. Oh habitación
a oscuras, súbitamente
diáfana
bajo el fanal del tiempo
repetible.
Suenan rastros de luz allá
en la noche.
Estoy solo y mis manos
ya denegadas, ya
ofrecidas,
tocan papeles (este amor,
aquel
sueño), olvidadas
siluetas, vaticinios
perdidos. Allí mi vida a
golpes
la memoria me orada cada
día.
Imagen ya de mi
exterminio,
se realiza de nuevo cuanto
ha muerto.
Mi propia profecía es mi
memoria:
mi esperanza de ser lo que
ye sido.
José Manuel Caballero Bonald
11 de noviembre de 1926
Jerez de la Frontera
(Cádiz)
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