viernes, 29 de noviembre de 2024

POEMA 365

 

POEMA 365

 

Te di mi amor, todo el que pude y, a veces, un poco más.

Tomé tus amores, me apropié de algún saber

y, a veces, adquirí e goce impensable.

Jugué a cantar, bailé con tu cadera y algunas noches

esperé tu cuerpo abrazando la piel del tiempo,

a veces gané y otras aprendí a soñar.

Contraté y alquilé mentiras al postor del futuro:

por tres sonrisas al minuto compré doce colores al día

y, sin ceder un solo músculo al presente,

sostuve terraplenes en la voz del tiempo.

 

Nací y enterré sombras, recuerdos que vuelan en tu cuello

de hambre cuando la marea gime soledad de roca

en el desierto.

Presencié en directo todos los horrores del poder,

denuncié con sorna y me burlé con todas las letras del cínico

y, a veces, sentí odio. Agradezco su vital presencia

de humanidad.

 

Viajé confundiendo horarios y equivoqué camas sin destino

bocas besé, alimenté familias sin hogar y me indultaron

por viejo, por extranjero y español sin bandera.

Descubrí niños, haciendo magia, con mirada de asombro.

Atendí el diagnóstico imposible y la causa perdida del ayer.

Las flores, las mujeres, los jóvenes crecían a la velocidad

del sueño, arrancando melodías a cuatro manos al verso.

Y una vez… firmé un autógrafo, rubricando la herencia final.

 

Carlos Fernández del Ganso

Del libro: “El amanuense”

Poema leído en la presentación del libro: "El amanuense" en la Casa de León de Madrid el 11 de octubre de 2024. 

 

 

miércoles, 27 de noviembre de 2024

¡PASMO DE LO DISTINTO!

 


¡PASMO DE LO DISTINTO!

 

¡PASMO de lo distinto!

¿Ojos azules, nunca

igual a ojos azules!

La luz del día este

no es aquella de ayer,

ni alumbrará mañana.

En infinitos árboles

del mundo, cada hoja

vence al follaje anónimo,

por un imperceptible

modo de no ser otra.

Las olas,

unánimes en playas,

hermanas, se parecen

en el color del pelo,

en el mirar azul

o gris, sí. Pero todas

tienen letra distinta

cuando cuentan sus breves

amores en la arena.

 

¡Qué gozo, que no sean

nunca iguales las cosas,

que son las mismas! ¡Toda,

toda la vida es única!

Y aunque no las acusen

cristales ni balanzas,

diferencias minúsculas

aseguran a un ala

de mariposa, a un grano

de arena, la alegría

inmensa de ser otras.

Si el vasto tiempo entero,

río oscuro, se escapa,

en las manos nos deja

prendas inmarcesibles

llamadas días, horas,

en que fuimos felices.

 

Por eso los amantes

se prometen los siempres

con almas y con bocas.

Viven de beso en beso

rodando, como el mar

se vive de ola en ola,

sin miedo de repetirse.

Cada abrazo es él, solo,

único, todo beso.

Y el amor al sentirlo

besa, abraza sin término,

buscando

un más detrás de un más,

otro cielo en su cielo.

Suma, se suma, suma,

y así de uno más uno,

a uno más uno, va

seguro a no acabarse:

toca

techo de eternidad.

 

Pedro Salinas

27 de noviembre de 1891

Madrid

BESO SERÁ, PARECEN OTRAS COSAS...

 


BESO SERÁ, PARECEN OTRAS COSAS…

 

Beso será. Parecen otras cosas.

Parecen tardes vagas, sin destino,

errantes por el tiempo: y nos esperan.

Al borde de los labios, de la vida,

se estremecen palabras, nombres, síes,

buscándose su ser, y no lo encuentran;

retornan al silencio, fracasadas.

No querían hablar, lo que querían

es hablarte, y no estás.

Pero ellas, todo

esto que nada es, esto que vive

en tierna primavera distraída,

espera su cumplirse, cuando llegues.

Todo es labios, los míos o los tuyos,

hoy separados. Lo llamamos hojas,

brisa, tarde de abril, papel, palabras.

Pero si te presentas,

correrán todos, largos frenesíes

impacientes de espera, a reunirse.

Y la nube, la luz y las palabras,

y esta gran soledad

de bocas solas con sus almas solas,

beso, será, se encontrarán en beso,

dado por esos labios ardorosos

que se llaman la ausencia, cuando acaba.

 

Pedro Salinas

De "Razón de amor"

27 de noviembre de 1891

Madrid

lunes, 25 de noviembre de 2024

NOCTURNO III

 

 


NOCTURNO III

 

Una noche

toda llena de perfumes, de murmullos y de música de alas,

Una noche

en que ardían en la sombra nupcial y húmeda, las luciérnagas fantásticas,

a mi lado, lentamente, contra mi ceñida, toda

muda y pálida

como si un presentimiento de amarguras infinitas,

hasta el fondo más secreto de tus fibras te agitara,

por la senda que atraviesa la llanura florecida

caminabas,

y la luna llena

por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca,

y tu sombra

fina y lánguida

y mi sombra

por los rayos de luna proyectada

sobre las arenas tristes

de la senda se juntaban.

Y eran una y eran una

¡y eran una sola sombra larga!

¡y eran una sola sombra larga!

¡y eran una sola sombra larga!

 

Esta noche

solo, el alma

llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte,

separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia,

por el infinito negro,

donde nuestra voz no alcanza,

solo y mudo

por la senda caminaba,

y se oían los ladridos de los perros a la luna,

a la luna pálida

y el chillido

de las ranas,

sentí frío, era el frío que tenían en la alcoba

tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas,

¡entre las blancuras níveas

de las mortuorias sábanas!

Era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte,

era el frío de la nada…

 

Y mi sombra  

por los rayos de la luna proyectada,

iba sola,

iba sola

¡iba sola por la estepa solitaria!

Y tu sombra esbelta y ágil

fina y lánguida,

como en esa noche tibia de la muerta primavera,

como en esa noche llena de perfumes, de murmullos y de músicas de alas,

se acercó y marchó con ella,

se acercó y marchó con ella,

se acercó y marchó con ella… ¡Oh las sombras enlazadas!

¡Oh las sombras que se buscan y se juntan en las noches de negruras y de lágrimas!...


José Asunción Silva

27 de noviembre de 1865

Bogotá – Colombia

sábado, 23 de noviembre de 2024

DE UNA RECIA CALENTURA

 


 DE UNA RECIA CALENTURA

 

De una recia calentura,

de un amoroso accidente,

con el frío de los celos

Belardo estaba a la muerte.

 

Pensando estaba en la causa,

que quiso hallarse presente

para mostrar que ha podido

hallarse a su fin alegre.

 

De verle morir la ingrata

ni llora ni se arrepiente,

que quien tanto en vida quiso

hoy en la muerte aborrece.

 

Empezó el pastor sus mandas

y dice: “Quiero que herede

el cuerpo la dura tierra,

que es deuda que se le debe;

 

sólo quiero que le saquen

los ojos y los entreguen

porque los llamó su dueño

la ingrata Filis mil veces.

 

Y mando que el corazón

en otro fuego se queme,

y que las cenizas mismas

dentro de la mar las echen;  

 

que por ser palabras suyas

en la tierra do cayeren

podrán estar bien seguras

de que el viento se las lleve.

 

Y pues que muero tan pobre

que cuanto dejo me deben,

podrán hacer mi mortaja

de cartas y papeles;

 

y de los demás que queda

quiero que a Filis se entregue

un espejo por que tenga

en qué se mire y contemple.

 

Contemple que su hermosura

es rosa cuando amanece,

y que es la vejez la noche

a cuya sombra se prende;

 

y que sus cabellos de oro

se verán presto de nieve,

y con más contento y gusto

goce las horas que duerme”

 

Félix Lope de Vega

25 de noviembre de 1562

Madrid

 

viernes, 15 de noviembre de 2024

CARMEN DE LAS MANOS MARAVILLOSAS

 


CARMEN DE LAS MANOS MARAVILLOSAS

 

¡Versos de amor! qué pronto queda

dicho todo, sin empezar.

Es igual que mirar al cielo

iluminado alguna vez.

 

Tan honda en lejanía, tan puro

lo que quisiéramos cantar.

Pero que decir de una rosa 

en la mano, en el corazón.

 

(Sentarse al borde de una fuente,

sedientos, y verla temblar

en el junco verde, en el pájaro

que alegra la onda de la luz.

 

Tan indecible y sin palabras

como adorar, quedar, sentir

al aire en flor de una sonrisa

toda nuestra felicidad.)

 

Yo no sé bien por qué, tentado

de imposible, quiero decir

cómo la dicha excede al hombre,

cómo es tan inefable ser;

 

¡ser, solamente ser, completos,

esto que somos al amar!

Una lira sonora, ebria,

en manos…

               ah, ¿de quién, de quién?

 

Eugenio de Nora

13 de noviembre de 1923

Magaz de Cepeda (León)

jueves, 14 de noviembre de 2024

IDILIO EN EL CAFÉ

 


IDILIO EN EL CAFÉ

 

Ahora me pregunto si es que toda la vida

hemos estado aquí. Pongo, ahora mismo,

la mano ante los ojos –qué latido

de la sangre en los párpados- y el vello

inmenso se confunde, silencioso,

a la mirada. Pesan las pestañas.

 

No sé bien de qué hablo. ¿Quiénes son,

rostros vagos nadando como en un agua pálida,

éstos aquí sentados, con nosotros vivientes?

La tarde nos empuja a ciertos bares

o entre cansados hombres en pijama.

 

Ven. Salgamos fuera. La noche. Queda espacio

arriba, más arriba, mucho más que las luces

que iluminan a ráfagas tus ojos agrandados.

Queda también silencio entre nosotros,

silencio

                y este beso igual que un largo túnel.

 

Jaime Gil de Biedma

13 de noviembre de 1929

Barcelona

CUANDO MI ERROR Y TU VILEZA VEO...

 


CUANDO MI ERROR Y TU VILEZA VEO…

 

Cuando mi error y tu vileza veo,

contemplo, Silvio, de mi amor errado,

cuán grave es la malicia del pecado,

cuán violenta la fuerza de un deseo.

 

A mi misma memoria apenas creo

que pudiese caber en mi cuidado

la última línea de lo despreciado,

el término final de un mal empleo.

 

Yo bien quisiera, cuando llego a verte,

viendo mi infame amor poder negarlo;

mas luego la razón justa me advierte

 

que sólo me remedia en publicarlo;

porque del gran delito de quererte

sólo es bastante pena confesarlo.

 

Sor Juana Inés de la Cruz

12 de noviembre de 1648

San Miguel Replanta – Tepetlixpa – México

viernes, 8 de noviembre de 2024

PRESENTACIÓN "EL AMANUENSE" DE CARLOS FERNÁNDEZ POR GLORIA GÓMEZ

 


EL AMANUENSE

 

Buenas tardes.

En nombre de la Editorial Grupo Cero de Madrid, nos reunimos aquí en esta Casa de León, que tan bien nos acoge, agradeciendo la posibilidad de presentar dos últimos libros de Carlos Fernández.

Uno de poesía “El Amanuense” y el otro de pintura ”Estambres y Pistilos, éste último acompañado de algunos poemas.

El Amanuense de 65 poemas, alguno de ellos en prosa, y un prólogo de Carmen Salamanca.

El Amanuense, históricamente, era una persona que tenía por oficio escribir a mano, copiando o pasando a limpio escritos ajenos o escritos que se le dictan, pero sin dar fe de ello, era la diferencia en el caso de los Tribunales, entre Amanuense y Escribano, que este sí daba fe. En este libro el Amanuense es Carlos Fernández y lo que le dicta es la poesía, por lo tanto, aquí sí da fe de ello.

Este es su sexto libro de poesía en el cual sube un peldaño más en su escritura respecto a su anterior libro “La máquina del tiempo”, el que ya había demostrado un salto de altura con respecto a los anteriores. Su escritura llega a todos los públicos y a todas las edades, aunque parezca sacada de la ciencia, su sencillez alcanza jugando con la metáfora y la metonimia, haciendo una llamada en el poema “La poesía resucita a los vivos” el cual invita a leer antes y después de hablar, antes  después de soñar, y así despertar el deseo.

Consta de tres partes, la primera “Secretos de España”, hace un recorrido histórico de un país que ama, con las vivencias y recuerdos de un pasado, sacando el sentir profundo de una contienda, el dolor, la rabia, la ira, la verdad oculta, la tortura y sobre todo el miedo a reconocer los hechos por una parte y por otra, las gentes que sufren y callan. Así un cráneo simboliza el enigma que con sus sombras; hambre, amor y guerra, pide que se le escuche y se ponga nombre. Sin olvidar la ironía ante la plusvalía de la generosidad nos invita a evocar que un pueblo de poetas bajo las perseidas, talla cabezas, ubica piedra, conversa, escucha a sus mujeres, recita o canta, abraza la sabiduría, espera los frutos del trabajo, que un pueblo de poetas yace en la almohada y con sus manos va generando tiempo a través del pacto con la vida desechando guerras y farsas al sostener puentes de otros versos donde la sabiduría descansa.

PRESENTACIÓN "ALAS DE GOLONDRINA" DE GLORIA GÓMEZ CANDANEDO POR CARLOS FERNANDEZ DEL GANSO

 


PRESENTACIÓN DEL POEMARIO

ALAS DE GOLONDRINA de Gloria Gómez Candanedo

 

 

Escribir es un mandato social, publicar un libro de poesía representa un compromiso y presentarlo en sociedad una fiesta. Al publicar un poemario se hace público, comunitario un proceso que no puede ser individual, pasando a pertenecer al comunitario vuelo grupal y, en ese gesto de amor los libros conversan entre sí.

 

No es fácil entregarse a la poesía para que Ella nos trabaje, descubra los secretos anhelos, descifre los enigmas humanos o denuncie la injusticia social. No es sencillo soportar la incertidumbre de leer o la incertidumbre de escribir y publicar. Tal vez por ello, sin saberlo, la poeta haya elegido como cuadro de portada un lienzo de Menassa así titulado “Incertidumbre”.

 

El poemario se publica en la Editorial Grupo Cero, dentro de la colección Poesía 2001, algo germina en cada generación de poetas, que la Poesía dictaminará como verdadera historia de los pueblos. Si, Gloria Gómez es una poeta del pueblo, los antecedentes la sostienen desde el principio con versos de Miguel Oscar Menassa fundador y director de la Escuela de Poesía y Psicoanálisis Grupo Cero, a la que pertenece Gloria desde el 2010.

 

martes, 5 de noviembre de 2024

LA VUELTA

 


LA VUELTA

 

Por el camino se me van cayendo

frutas podridas de la mano

y voy dejando manchas de tristeza en el polvo

donde quiera que piso;

un pájaro amanece ante mis ojos

y en seguida anochece entre sus alas;

la asamblea de hormigas se disuelve

cuando en mí la tormenta se aproxima;

el sol calienta al mar en unas lágrimas

que en el camino enciende mi presencia;

la desnudez del campo va vistiéndose

según van mis miradas acosándole

y el viento hace estallar

una guerra civil entre las hierbas.

 

Noticia triste de mi cuerpo dictan

las verdes amapolas en capullo,

la codorniz se espanta

y asusta al macho con historias mías.

Vengo desnudo de la hermosa clámide

que solía vestirme cuando entonces:

clámide con las voces de los pájaros,

el graznido del cuervo, la carrera veloz de la raposa

-a la que llaman zorra mis parientes-,

del arroyo que un día se llevaba mis pasos

y de olores de jara y de romero

hace tanto tejida.

 

Días de mi ascensión, cuando el lagarto

solía conocer mis intenciones,

cuando solía la retama

pedirme venia para echar raíces,

cuando algún cazador me confundió

con una piedra viva entre las piedras.

Pero yo te conozco, campo mío,

yo recuerdo haber puesto entre tus brazos

aquel cuerpo caliente que tenía,

haber dejado sangre entre los surcos

que abrían los caballos de mi padre.

Yo te conozco y noto que tus senos

empiezan a ascender hacia mis labios.

 

José Manuel Caballero Bonald

11 de noviembre de 1926

Jerez de la Frontera

MI PROPIA PROFECÍA ES MI MEMORIA

 


MI PROPIA PROFECÍA ES MI MEMORIA 


Vuelvo a la habitación donde estoy solo

cada anoche, almacén de los días

caídos ya en su espejo naufragable.

Allí, entre testimonios maniatados,

yace inmóvil mi vida: sus papeles

de tornadizo sueño. La madera,

el temblor de la lámpara, el cristal

visionario, los frágiles

oficios de los muebles, guardan

bajo sus apariencias el continuo

regresar de mis años, la espesura

tenaz de mi memoria, toda

la confluencia simultánea

de torrenciales cifras que me inundan.

 

Mundo recuperable, lo vivido

se congrega impregnando las paredes

donde de nuevo nace lo caduco.

Reconstruidas ráfagas de historia

juntan el porvenir que soy. Oh habitación

a oscuras, súbitamente diáfana

bajo el fanal del tiempo repetible.

 

Suenan rastros de luz allá en la noche.

Estoy solo y mis manos

ya denegadas, ya ofrecidas,

tocan papeles (este amor, aquel

sueño), olvidadas siluetas, vaticinios

perdidos. Allí mi vida a golpes

la memoria me orada cada día.

 

Imagen ya de mi exterminio,

se realiza de nuevo cuanto ha muerto.

Mi propia profecía es mi memoria:

mi esperanza de ser lo que ye sido.

 

José Manuel Caballero Bonald

11 de noviembre de 1926

Jerez de la Frontera (Cádiz)