CARMEN DE LAS MANOS MARAVILLOSAS
¡Versos de amor! qué
pronto queda
dicho todo, sin empezar.
Es igual que mirar al
cielo
iluminado alguna vez.
Tan honda en lejanía, tan
puro
lo que quisiéramos cantar.
Pero que decir de una rosa
en la mano, en el corazón.
(Sentarse al borde de una
fuente,
sedientos, y verla temblar
en el junco verde, en el
pájaro
que alegra la onda de la
luz.
Tan indecible y sin
palabras
como adorar, quedar,
sentir
al aire en flor de una
sonrisa
toda nuestra felicidad.)
Yo no sé bien por qué,
tentado
de imposible, quiero decir
cómo la dicha excede al
hombre,
cómo es tan inefable ser;
¡ser, solamente ser,
completos,
esto que somos al amar!
Una lira sonora, ebria,
en manos…
ah, ¿de quién, de quién?
Eugenio de Nora
13 de noviembre de 1923
Magaz de Cepeda (León)
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