lunes, 25 de noviembre de 2024

NOCTURNO III

 

 


NOCTURNO III

 

Una noche

toda llena de perfumes, de murmullos y de música de alas,

Una noche

en que ardían en la sombra nupcial y húmeda, las luciérnagas fantásticas,

a mi lado, lentamente, contra mi ceñida, toda

muda y pálida

como si un presentimiento de amarguras infinitas,

hasta el fondo más secreto de tus fibras te agitara,

por la senda que atraviesa la llanura florecida

caminabas,

y la luna llena

por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca,

y tu sombra

fina y lánguida

y mi sombra

por los rayos de luna proyectada

sobre las arenas tristes

de la senda se juntaban.

Y eran una y eran una

¡y eran una sola sombra larga!

¡y eran una sola sombra larga!

¡y eran una sola sombra larga!

 

Esta noche

solo, el alma

llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte,

separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia,

por el infinito negro,

donde nuestra voz no alcanza,

solo y mudo

por la senda caminaba,

y se oían los ladridos de los perros a la luna,

a la luna pálida

y el chillido

de las ranas,

sentí frío, era el frío que tenían en la alcoba

tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas,

¡entre las blancuras níveas

de las mortuorias sábanas!

Era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte,

era el frío de la nada…

 

Y mi sombra  

por los rayos de la luna proyectada,

iba sola,

iba sola

¡iba sola por la estepa solitaria!

Y tu sombra esbelta y ágil

fina y lánguida,

como en esa noche tibia de la muerta primavera,

como en esa noche llena de perfumes, de murmullos y de músicas de alas,

se acercó y marchó con ella,

se acercó y marchó con ella,

se acercó y marchó con ella… ¡Oh las sombras enlazadas!

¡Oh las sombras que se buscan y se juntan en las noches de negruras y de lágrimas!...


José Asunción Silva

27 de noviembre de 1865

Bogotá – Colombia

No hay comentarios:

Publicar un comentario

poesia