miércoles, 27 de noviembre de 2024

¡PASMO DE LO DISTINTO!

 


¡PASMO DE LO DISTINTO!

 

¡PASMO de lo distinto!

¿Ojos azules, nunca

igual a ojos azules!

La luz del día este

no es aquella de ayer,

ni alumbrará mañana.

En infinitos árboles

del mundo, cada hoja

vence al follaje anónimo,

por un imperceptible

modo de no ser otra.

Las olas,

unánimes en playas,

hermanas, se parecen

en el color del pelo,

en el mirar azul

o gris, sí. Pero todas

tienen letra distinta

cuando cuentan sus breves

amores en la arena.

 

¡Qué gozo, que no sean

nunca iguales las cosas,

que son las mismas! ¡Toda,

toda la vida es única!

Y aunque no las acusen

cristales ni balanzas,

diferencias minúsculas

aseguran a un ala

de mariposa, a un grano

de arena, la alegría

inmensa de ser otras.

Si el vasto tiempo entero,

río oscuro, se escapa,

en las manos nos deja

prendas inmarcesibles

llamadas días, horas,

en que fuimos felices.

 

Por eso los amantes

se prometen los siempres

con almas y con bocas.

Viven de beso en beso

rodando, como el mar

se vive de ola en ola,

sin miedo de repetirse.

Cada abrazo es él, solo,

único, todo beso.

Y el amor al sentirlo

besa, abraza sin término,

buscando

un más detrás de un más,

otro cielo en su cielo.

Suma, se suma, suma,

y así de uno más uno,

a uno más uno, va

seguro a no acabarse:

toca

techo de eternidad.

 

Pedro Salinas

27 de noviembre de 1891

Madrid

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