LA NARANJA
¡Qué gozo da,
naranja,
tenerte entre las
manos!
¡Qué gozo tu volumen
que sideral, alcanzo,
como quien de la
noche
llega a coger un
astro!
Si constelas
el árbol
sobre la mesa pones
los resplandores
áureos
que apartan la
tiniebla,
el duelo y el
quebranto.
Naranja, mundo en
ciernes,
dulce globo
terráqueo,
dicha redonda
al tacto.
Te miro, con delicia;
con arrobo, te palpo;
más que fruta, eres
hembra
cuando apuro tus gajos.
En el balcón tu
cáscara
es un rizo dorado,
tirabuzón de bella,
chorro de luz,
escándalo.
Gloriada sea la
tierra
que te encendió en su
parto
para que perfumases
la vida, el ser, el
ámbito.
Antonio Oliver
29 de enero de 1903
Cartagena (Murcia)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
poesia