FATIGA
Marcho día y noche
como un parque
desolado.
Marcho día y noche entre
esfinges caídas de mis ojos;
miro el cielo y su
hierba que aprende a cantar;
miro el campo herido
a grandes gritos,
y el sol en medio del
viento.
Acaricio mi sombrero
lleno de luz especial;
paso la mano sobre el
lomo del viento;
los vientos, que
pasan como las semanas;
los vientos y las
luces con gestos de fruta y sed de sangre;
las luces, que pasan
como los meses;
cuando la noche se apoya
sobre las casas,
y el perfume de los
claveles gira en torno de su eje.
Tomo asiento , como
el canto de los pájaros;
es la fatiga lejana y
la neblina;
caigo como el viento
sobre la luz.
Caigo sobre mi alma.
He ahí el pájaro de
los milagros;
he ahí los tatuajes
de mi castillo;
he ahí mis plumas
sobre el mar, que grita adiós.
Caigo de mi alma.
Y me rompo en pedazos
de alma sobre el invierno;
caigo del viento
sobre la luz;
caigo de la paloma
sobre el viento.
Vicente Huidobro
10 de enero de 1893
Santiago – Chile
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