Y ESCRIBIR TU SILENCIO SOBRE
EL AGUA
Sólo florece el agua que está
queda
Miguel de Unamuno
No sé si es sombra en
el cristal, si es sólo
calor que empaña
un brillo; nadie sabe
si es de vuelo este pájaro
o de llanto;
nadie le oprime con
su mano, nunca
le he sentido latir,
y está cayendo
como sombra de
lluvia, dentro y dulce,
del bosque de la
sangre, hasta dejarla
casi acuñada y vestal,
tranquila.
No sé, siempre es así,
tu voz me llega
como el aire de Marzo
en un espejo,
como el paso que
mueve una cortina
detrás de la mirada;
ya me siento
oscuro y casi andado;
no sé cómo
voy a llegar, buscándote,
hasta el centro
de nuestro corazón, y
allí decirte,
madre, que yo he de
hacer en tanto viva,
que no te quedes huérfana
de hijo,
que no te quedes sola
allá en tu cielo,
que no te falte yo
como me faltas.
Luis Rosaless
31 de mayo de 1910
Granada