HACIENDO TRAZOS
A veces me entretengo
haciendo trazos
sobre el papel. Las rayas
como flechas se
cruzan en el aire
blanco de la
cuartilla. Ráfagas
son, borrando ahora
caminos
que decididamente
roturaban.
Y me enmimismo tras
el laberinto
de líneas que me
arrastran
y voy perdiendo pie,
voy sumergiéndome
en su terrible nada,
en su desconcertante
paradigma
de desorientación o
vida o racha
de destino. Me pierdo.
Soy un ciego
sobre el papel, que
es mi papel, mi carta
de navegar sin rumbo,
mi retrato,
mi desesperación, mi
historia hallada
y perdida de nuevo y
para siempre
porque no soy sino
una inútil raya
que viene y va,
dibuja jeroglíficos
de dolor y amargura y
esperanza
y abre precipitantes
galerías
hacia el vacío y
tuerce rápidamente.
Cae al abismo de una
pena
tan absolutamente
innecesaria
como las remontadas
alegrías
que sin porque de vez
en vez escala.
No soy más que este
absurdo, este dibujo
sin razón y sin
causa.
Jamás completaré un
solo rectángulo,
nunca estará la curva
bien cerrada.
Mi vida entera es
este lapicero
corriendo a un lado y
otro, soy la marca
de un grafito
tedioso, me revela
este ininteligible
cardiograma.
No tengo rostro, ni
figura, nadie
me reconoce, ni mi
nombre habla
por mí. soy solamente
el zigzagueo
enrevesado, inútil,
de unas rayas
que una mano
cruelmente ovillea
en una triste página.
Leopoldo de Luis
11 de mayo de 1917
Córdoba
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