lunes, 15 de julio de 2024

DESTINO

 


DESTINO

 

Lo sabéis amigos

no volveremos más.

La virtud de la lluvia

se aniquila en los soles

y el viento entre las flores

se sumerge en la sangre de los toros.

Sólo los viejos vagabundos al morir

pueden saber quizá

el secreto de la hora derramada

y el porqué de la mujer húmeda en estío.

Pero nosotros no. No podemos volver.

Es imposible calavera mariposa

el tiempo entre la niebla seducido.

Somos nosotros mismos

el ritmo pereciente

y nuestro gesto

la invisible caracola de la muerte

primavera pura aniquilada

en incesantes mundos destruidos.

Nada más. Tan sólo eso.

Un levantar baldío de los brazos

para recoger el mar que se nos huye

pletórico de ahogados y de olvidos.

Un lamento también

y un querer crear agujeros

en el agua mansa de los recién nacidos.

Mientras os alejáis

cantando juventudes

yo permanezco aquí

mudo y atónito

como un muerto inmortal

soñando vida inmensa

y una antigua e inconcebible libertad.

No volveremos más.

Es cierto amigos.

Atardece.

La estatua el árbol la hormiga

y esta pena mía tan hermosa

se confunden en la mente ignorada de las manos.

35 segundos han pasado en mi reloj de Pulsera.  

 

Miguel Labordeta

16 de julio de 1921

Zaragoza

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