CREO EN MI CORAZÓN, RAMO DE AROMAS…
Creo en mi corazón,
ramo de aromas
que mi Señor como una
fronda agita,
perfumando de amor
toda la vida
y haciéndola bendita.
Creo en mi corazón,
el que no pide
nada porque es capaz
del sumo ensueño
y abraza en el
ensueño lo creado:
¡inmenso dueño!
Creo en mi corazón,
que cuando canta
hunde en el Dios
profundo el franco herido,
para subir de la
piscina viva
recién nacido.
Creo en mi corazón,
el que tremola
porque lo hizo el que
turbó los mares,
y en el que da la
Vida orquestaciones
como pleamares.
Creo en mi corazón,
el que yo exprimo
para teñir el lienzo
de la vida
de rojez o palor y
que le ha hecho
veste encendida.
Creo en mi corazón,
el que en la siembra
por el surco sin fin
fue acrecentando.
Creo en mi corazón,
siempre vertido,
pero nunca vaciado.
Creo en mi corazón,
en que el gusano
no ha de morder, pues
mellará a la muerte;
creo en mi corazón,
el reclinado
en el pecho de Dios
terrible y fuerte.
Gabriela Mistral
7 de abril de 1889
Vicuña – Chile
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