DESTINO ALEGRE
Nos han abandonado en
medio del camino.
Entre la luz íbamos
ciegos.
Somos aves de paso,
nubes altas de estío,
vagabundos eternos.
Mala gente que pasa
cantando por los campos.
Aunque el camino es áspero
y son duros los tiempos,
cantamos con el alma.
Y no hay un hombre solo
que comprenda la viva
razón del canto nuestro.
Vivimos y morimos
muertes y vidas de otros.
Sobre nuestras
espaldas pesan mucho los muertos.
Su hondo grito nos
pide que muramos un poco,
como murieron todos
ellos,
que vivamos deprisa,
quemando locamente
la vida que ellos no
vivieron.
Ríos, furiosos, ríos
turbios, ríos veloces,
(Pero nadie nos mide
lo hondo, sino lo estrecho.)
Mordemos las orillas,
derribamos los puentes.
Dicen que vamos
ciegos.
Pero vivimos. Llevan nuestras
aguas la esencia
de las muertes y
vidas de vivos y de muertos.
Ya veis si es bien
alegre saber a ciencia cierta
que hemos nacido para
esto.
José Hierro
3 de abril de 1922
Madrid
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