INVITACIÓN A LA VIDA
Pasan las aguas por
el cauce
y no terminan de
pasar;
mas si de un agua no
bebimos
nunca aquel agua
tornará.
Y mientras corre el
tiempo y llega
la hora feliz que
imaginamos,
se va la vida,
huyendo siempre,
cual se va el agua
entre las manos…
Gocemos hasta
marchitarlas
todas las flores del
camino,
ya que el Dolor jamás
perdona
ni un paso de nuestro
destino.
Gocemos la vida,
gocemos…
¿Quién del mañana
gozará?
Gocemos hasta
embriagarnos
con una absurda
saciedad.
Y aunque de luz se
abrase el alma
presto vayamos a la
luz…;
¡No hay más que al
fin de los caminos
sobre una lápida, la
Cruz!
Rafael Laffón
20 de abril de 1895
Sevilla
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