sábado, 10 de febrero de 2024

CANCIÓN DE LA VIUDA ENAMORADA

 

 

CANCIÓN DE LA VIUDA ENAMORADA

 

 

Ay, ya sé, no deberla reconocer

que tiemblo cuando su mano me toca.

Ay, qué me ha sucedido

que rezo para que me seduzca.

¡Ay, ni cien caballos me arrastrarían al pecado!

¡Si al menos no me apeteciese tanto!

 

Si me resisto tanto al amor

sólo me he resistido realmente en el fondo

porque sé que si estuviera ante él en camisón

me dejaría hasta sin camisa.

¡Como que le van a importar a él mis reproches!

¡Si al menos no me apeteciese tanto!

 

Dudo que valga tanto como yo

y que para él sea amor de verdad.

Cuando todos mis ahorros se hayan gastado,

¿tirará el cacharro a la basura?

¡Ay, ya sé por qué le opuse tanta resistencia!

¡Si al menos no me apeteciese tanto!

 

Si tuviera dos dedos de sentido

nunca le habría concedido lo que por desgracia me pidió,

sino que le habría pegado una paliza

en cuanto se me acercó demasiado, como hizo.

¡Ay, ojalá se fuera al infierno!

(¡Si al menos no me apeteciese tanto!)

 

Bertolt Brecht

10 de febrero de 1898

Augsburgo – Alemania

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

poesia