PERO EN LA FRÍA NOCHE
los cuerpos blanquecinos
en el bosque de alisos.
Semidespiertos, escuchaban
de noche, no susurros de amor
sino, aislados y pálidos,
el aullar de los perros helado.
Ella se apartó por la
noche el pelo de la frente, y se esforzó
por sonreír,
él miró, respirando hondo,
mudo, hacia el deslucido cielo.
Y por las noches miraban
al suelo cuando sobre ellos
infinitos pájaros de gran
tamaño en bandadas procedentes
del Sur se arremolinaban,
excitado bullicio.
Sobre ellos cayó una
lluvia negra.
Bertolt Brecht
10 de febrero de 1898
Augsburgo – Alemania
No hay comentarios:
Publicar un comentario
poesia