DESERTORES DE
CUALQUIER ENCUENTRO
Pasan
las horas mientras el mundo duerme.
Poesía,
la voz me somete a despreciar el oro que no calme
la
sed de tu horizonte.
Sueño
que he muerto y desconocidas palabras
visitan
la niebla atada a mis ojos.
¡Oh
vida abandonada por los vicios!
¡Oh
vida repetida, incorregible!
¡Oh
vida no vivida!
Son
caras las derrotas que jamás has tenido.
Debe
haber la hora del descanso,
hora
del que acepta no ascender más
y
detenido ríe, sin ambiciones.
Soledad
que viniste a visitarme
y
te alojé por curiosidad.
Ya
somos dos,
desertores
de cualquier encuentro.
Algunos
días, preferiría desconocer tu guarida.
Lucía
Serrano
Del
libro: “Máscaras”
Cuadro de Edvard Munch
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