DESPUÉS DEL OLVIDO
Porque hoy has
venido, lo mismo que antes,
con tus adorables
gracias exquisitas,
alguien ha llenado de
rosas mi cuarto
como en los instantes
de pasadas citas.
¿Te acuerdas?...
recuerdo de noches lejanas,
aún guardo, entre
otras, aquella novela
con la que soñabas
imitar, a ratos,
no sé si a Lucía no sé
si a Graziela.
Y aquel abanico, que
sentir parece
la inquieta, la tibia
presión de tu mano;
aquel abanico ¿te
acuerdas? Trasunto
de aquel apacible, distante
verano…
Y aquellas memorias
que escribiste un día!
-un libro risueño de
celos y quejas-.
¡Rincón asoleado! Rincón
pensativo
de cosas tan vagas,
de cosas tan viejas!...
Pero no hay los
versos: ¡Qué quieres!... ¡Te fuiste!
-¡Visión de saudades,
ya buenas, ya mala!-
La nieve incesante
del bárbaro hastío
¿no ves? Ha quemado
mis líricas alas.
..¿Para qué
añoranzas? Son filtros amargos
como las ausencias
sus hoscos asedios…
Prefiero las rosas,
prefiero tu risa
que pone un rayito de
sol en mis tedios.
Y porque al fin
vuelves, después del olvido,
en hora de angustias,
en hora oportuna,
alegre como antes, es
hoy mi cabeza
una pobre loca
borracha de luna!
Evaristo Carriego
7 de mayo de 1883
Buenos Aires
(Argentina)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
poesia