viernes, 10 de mayo de 2024

MIENTRAS TÚ DUERMES

 


MIENTRAS TÚ DUERMES

A Joana

 

En la plaza humillada por la lluvia

miro la alta ventana iluminada

que no quiero perder: no he de rendirme

a la condena de la vida.

Este no es ni un lugar de la ciudad:

nadie en los bancos y, sobre la arena,

los charcos que reflejan

la luz del rótulo del hospital.

El cristal de las puertas automáticas,

que la luz del vestíbulo ilumina,

de vez en cuando se abre y deja paso

a una oscura figura rutinaria.

Unas muletas cruzan,

invisibles, la cale y se aproximan

a uno de los coches aparcados,

el nuestro, en el que iremos en silencio

bajo la lluvia hacia el dolor futuro.

Tu calidez ha sido tan efímera.

Triste felicidad la de esta calma

mientras recuerdo

cuando tú y yo teníamos mañanas

que nos guardaban las miradas.

Tenía tanto miedo

a tener que dejarte sola un día.

Por débil y pequeña que la luz

sea en la oscuridad, es mi consuelo:

no habrá más desamparo ya que el mío.

 

Joan Margarit

11 de mayo de 1938

Sanahuja –(Lérida)

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