LA LOBA
A la memoria de mi desdichada amiga j.C.P.
porque este fue su verbo.
“Yo soy como la loba.
Quebré con el rebaño
y me fui a la montaña
fatigada del llano”.
Yo tengo un hijo fruto del
amor, de amor sin ley,
que yo no pude ser como
las otras, casta de buey
con yugo al cuello; ¡libre
se eleve mi cabeza!
Yo quiero con mis manos
apartar la maleza.
Mirad cómo se ríen y cómo
me señalan
porque lo digo así: (Las
ovejitas balan
porque ven que una loba ha
entrado en el corral
y saben que las lobas
vienen del matorral).
¡Pobrecitas y mansas
ovejas del rebaño!
No temáis a la loba, ella
no os hará daño.
Pero tampoco riáis, que
sus dientes son finos
¡y en el bosque
aprendieron sus manejos felinos!
No os robará la loba al
pastor, no os inquietéis;
yo sé que alguien lo dijo
y vosotras los creéis
pero sin fundamento, que
no sabe robar
esa loba; ¡sus dientes son
armas de matar!
Ha entrado en el corral
porque sí, porque gusta
de ver cómo al llegar el
rebaño se asusta,
y cómo disimula con risas
su temor
bosquejando en el gesto un
extraño escozor…
Id si acaso podéis frente
a frente a la loba
y robadle el cachorro: no
vayáis en la boba
conjunción de un rebaño ni
llevéis un pastor…
¡Id solas! ¡Fuerza a
fuerza oponed el valor!
Ovejitas, mostradme los
dientes. ¡Qué pequeños!
No podréis, pobrecitas,
caminar sin los dueños
por la montaña abrupta,
que si el tigre os acecha
no sabréis defenderos,
moriréis en la brecha.
Yo soy como la loba. Ando sola
y me río
del rebaño. El sustento me
lo gano y es mío
donde quiera que sea, que
yo tengo una mano
que sabe trabajar y un
cerebro que es sano.
La que pueda seguirme que
se venga conmigo.
Pero yo estoy de pie, de
frente al enemigo,
la vida, y no temo su
arrebato fatal
porque tengo en la mano
siempre pronto un puñal.
El hijo y después yo y
después… ¡lo que sea!
Aquello que me llame más
pronto a la pelea.
A veces la ilusión de un
capullo de amor
que yo sé malograr antes
que se haga flor.
Alfonsina Storni
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