domingo, 22 de enero de 2023

LA PASIÓN DESVELADA

 

LA PASIÓN DESVELADA

 

 

Dame tu voz antigua en cuyo acento escucho

el rumor de los bosques primitivos,

el canto misterioso de los seres selváticos,

el grito de agonía

de la primera virgen violada.

Dame tu voz antigua donde yo reconozco

mi propia voz extinguida,

aquella que cantaba hace milenios

en las frondosas selvas sin historia,

aquella que sonaba en el murmullo

de las límpidas fuentes intocadas.

 

Yo fui una gota de agua,

o un pájaro aturdido cruzando el aire nuevo

de la aurora del mundo;

acaso un pez de oro sobre cuyas escamas

probó el sol la dorada destreza de sus rayos.

Mas era ya la misma doliente criatura

que ahora soy, consumida de sueños y tristezas,

en el ardiente caos del Paraíso,

con los ojos abiertos al secreto de Dios.

 

Es tu voz el puente por donde regreso,

milenios y milenios traspasando,

a mi libre existencia de agua fresca,

de verde candidez. Mi carne gime

escuchando tu voz como si oyera

la llamada lejana y misteriosa

de las tribus sin nombre. Rituales

de sangre y fuego en el brutal nocturno,

aullidos fugitivos y, en la hierba,

mi cuerpo -¿de mujer?, ¿de reptil?, ¿de insecto?-

hollado por la bárbara dulzura

de la pasión del mundo.

 

Susana March

29 de enero de 1918

Cuadro: "Mujer que sostiene una fruta" de Paul Gauguim

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